La Razón
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Estoy muy triste porque ya nos dejaste.
Muy triste porque gente como tú debería —en mi opinión— vivir mínimo 90 años.
Steve:
Para mí fuiste el 1er. ícono de este siglo.
Tu sensibilidad para conocer las necesidades de tu consumidor fue única.
Los productos que fabricaste fueron perfectos.
Y la forma en que los presentabas... también.
Siempre los hiciste pensando en tu consumidor...
Siempre entendiendo porqué construías un producto.
Dejaste una empresa que nos ha dado un ejemplo de lo que una empresa moderna debe ser.
Innovadora y renovadora, pero siempre con sus objetivos muy claros.
Siempre pensando diferente.
(Comercial que, por cierto, me marcó de por vida).
Siempre volviendo loco a tu competencia.
Siempre haciendo que tu competencia copiara tus modelos.
Y siempre haciendo que todos ellos se peleen por un segundo lugar muy lejano.
Tu vida también fue un cuento de hadas.
Adoptado, sin carrera universitaria.
Que a los 20 años, vendiendo tu propio auto, inicias —con tu brother Steve Wozniak— Apple en el garage de tus padres adoptivos.
Y que hoy esa maravillosa empresa vale 350 mil millones de dólares.
Como ser humano, fuiste excepcional.
Jamás tuviste como objetivo hacer dinero.
Ni tampoco ser famoso.
Tu objetivo era otro y lo tenías muy claro:
Satisfacer las necesidades del consumidor.
Y vaya que lo lograste.
Me acuerdo un comentario tuyo cuando dijiste que el consumidor no sabe lo que quiere.
Que lo que había que hacer era presentarle opciones y que de ahí el consumidor tenía la libertad de escoger.
Steve:
Muchas gracias por existir.
Muchas gracias por revolucionar al consumidor.
Muchas gracias por habernos enseñado lo que carácter y fuerza de voluntad significan.
Muchas gracias por haber logrado que el consumidor haya hecho cola 24 horas antes en las tiendas para adquirir tus productos.
Muchas gracias porque exististe.
Descansa en paz...
Fuiste un genio.
Y.....
Te vamos a extrañar.
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