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Día con día
Milenio

La cabeza del desplegado dice “Por una democracia constitucional”, pero su sentido, me parece, es el de una “democracia funcional”, es decir una institucionalidad política que no sólo sea democrática, ya lo es, sino que permita tomar decisiones, y no cualquier decisión, sino las centrales que el país necesita en el orden fiscal, laboral, energético, educativo, de seguridad y de procuración de justicia.
Cada una de esas decisiones requiere poder, pues desafía inercias históricas e intereses vigorosos. Sólo puede proponerse vencerlas un gobierno con mayoría absoluta en el Congreso.
Desde 1997 no hemos tenido ese gobierno porque así lo diseñó la reforma política del año 96, cuyos criterios rectores fueron: que nadie tenga mayoría en el Congreso para que todos tengan que ponerse de acuerdo.
Desde entonces nadie tiene mayoría pero nadie se pone de acuerdo. Todo el mundo está de acuerdo ahora en que necesitamos cambiar eso, para tener gobiernos democráticos de mayoría, funcionales y eficaces.
Cómo lograrlo ha sido un eje de la discusión pública de los últimos años. Lo primero que hay que entender de la propuesta del gobierno de coalición, creo, es que no es un fin sino un medio. Lo que busca es precisamente lo que todos queremos: crear gobiernos con mayoría absoluta en el Congreso.
Lo segundo es que se trata, si entiendo bien, no de un camino obligatorio, sino opcional para quien triunfe en las elecciones del año 2012. No implica una alianza para las elecciones, sino un camino para formar un gobierno con mayoría absoluta en el Congreso después de las elecciones.
Después de las elecciones podrá haber tres escenarios:
1. Un partido que gane en las urnas la mayoría absoluta en el Congreso, y no necesite aliados para formarla. Es la expectativa, a mi parecer fantasiosa, de algunos estrategas del PRI.
2. Un ganador que se quede muy cerca de la mayoría absoluta necesaria y tenga necesidad de negociar pocas cosas con otro partido para obtenerla.
3. Finalmente, un ganador que alcance una mayoría relativa tan precaria que necesite coligarse seriamente para no andar mendigando todo el sexenio acuerdos a sus mayorías opositoras.
Para este último caso sería muy bueno tener un dispositivo bien pensado de cómo coligarse. Pero también podría construirse sobre la marcha, sin necesidad de reglas escritas al respecto.
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