Julio Sánchez Onofre
El Economista
A Steve Jobs le gustaba conducir un Mercedes-Benz y tenía una motocicleta BMW. Escuchaba a Police y The Beatles a todo volumen. Llegaba a trabajar a Apple en camiseta, unos pantalones Levi's y sus zapatos Birkenstock.
Así recuerda Jay Elliot, ex vicepresidente de Apple, al “jefe de los piratas”, haciendo referencia al equipo de Jobs dentro de la firma de la manzana y que recoge en su libro El Camino de Steve Jobs, escrito en colaboración con William L. Simon.
“¿Por qué unirte a la Marina si puedes ser un pirata?”, era el lema de la mente detrás de Apple, que falleció el miércoles pasado a los 56 años. Steve Jobs es recordado por lograr explotar la creatividad de su equipo y para crear un sentido de pertenencia.
Muchos miembros de su equipo provenían de otras empresas tecnológicas, quienes se sentían ofuscados e incluso frustrados porque antes de llegar a Apple tenían poco margen para innovar, para sentir que iban a cambiar el mundo en cada lanzamiento, como lo hacían al trabajar con Steve.
“Fue Steve que reconoció como el grito de guerra que ayudaría a construir un equipo coherente, un equipo que se uniría y apoyaría entre sí”, recuerda Jay Elliot en el libro, publicado en México por la editorial Aguilar este 2011.
A Jobs le gustaba cortejar al talento. Cuando identificaba una mente potencial, la seducía con la idea de transformar el mundo para incorporarla a su equipo de piratas. Así se hizo de personalidades como Steve Mayer, con quien había trabajado en Atari, o a Jon Rubinstein, quien trabajaba en Hewlett-Packard y logró atraerlo en 1990 a la firma de la manzana.
El revolucionario de la industria de las tecnologías informáticas, quien creó la Mac y reconfiguró la industria musical con la creación del iPod y la tienda digital iTunes, logró su éxito gracias a su exigencia e incluso tiranía.
“Las democracias no producen grandes productos; necesitas a un tirano incompetente”, decía Jean-Louis Gassé, un ex ejecutivo de Apple y cuyo testimonio recuerda Jay Elliot.
“Steve era el maestro de ceremonias del circo y tronaba su látigo. Siempre estaba buscando algo específico de cada grupo para alcanzar la calidad que buscaba. Hizo brotar el genio creativo de tanta gente y lo llevó a trabajar armónicamente”, escribió.
A Steve Jobs le gustaba la simplicidad y que la tecnología fuera intuitiva que incluso los niños pudieran usarla sin largas horas de explicaciones. Incluso se le hacían muy complicados los teléfonos que había antes de la llegada del iPhone: el gurú de la tecnología creó el primer teléfono con pantalla táctil porque quería un celular que funcionara con un sólo botón, cosa que parecía imposible. Pero Steve demostró lo contrario.
1 comentario:
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