octubre 12, 2011

¿Un Nobel de tecnología?

Martín Bonfil Olivera (@martinbonfil65)
mbonfil@unam.mx
La ciencia por gusto
lacienciaporgusto.blogspot.com
Milenio

La noticia, la semana pasada, de la entrega de los premios Nobel de ciencias se vio oscurecida por la muerte de uno de los más influyentes promotores de la tecnología en el mundo.

El premio de física se otorgó a Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, quienes, estudiando supernovas, descubrieron que el universo no sólo se expande, sino que lo hace cada vez más rápido.

El de química lo recibió Dan Shechtman por descubrir la existencia de materia sólida que forma estructuras parecidas a los cristales, pero que nunca se repiten: los “cuasicristales”. Su existencia, inicialmente fue negada; hoy se exploran sus posibilidades tecnológicas.

Y el de medicina fue para Bruce A. Beutler y Jules A. Hoffmann, por descubrir las moléculas del sistema inmunitario que sirven como detonador de la cadena de reacciones de nos proporcionan inmunidad innata contra diversas enfermedades.

Pero la muerte de Steve Jobs, el genial fundador y líder de Apple, empresa que transformó el uso de computadoras y aparatos digitales y, sobre todo, la forma en que los usamos, opacó por completo esas noticias. Y uno se pregunta: ¿por qué no existirá un Nobel para la tecnología?

Respuesta: seguramente porque inmediatamente surgirían interminables disputas y demandas sobre patentes y regalías, y porque probablemente la tecnología exitosa tiene su propio premio, que como en el caso de Steve Jobs consiste no sólo en dinero —Apple es hoy la mayor empresa tecnológica del mundo—, sino en pasar a la historia como verdadero revolucionario.

¡Mira!

1) Es una lástima que Marcelo Ebrard, jefe de gobierno del DF, inaugure una clínica de “medicina integrativa” donde la disciplina científica, basada en evidencia, se mezcle con terapias que no son más que elaborados placebos, como homeopatía y acupuntura. Grave error.

2) Da gusto, en cambio, que por fin una jueza de Veracruz, Karla Macías Lovera, reconozca que “no existe prueba alguna que permita… afirmar que el aparato conocido como detector molecular GT200 es una prueba científica válida… en el proceso penal”. Como consecuencia, Ernesto Cayetano Aguilar, injustamente acusado de narcotráfico, quedó libre. ¡Enhorabuena!.

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