febrero 28, 2011

Lo que Sócrates quiso decir…

Jorge Fernández Menéndez (@jorgeimagen)
Razones
Excélsior

Resulta paradójico que el ex gobernador diga ahora que “antes” los gobiernos priistas mantenían la paz con los cárteles distribuyendo las rutas de la droga entre los mismos.

La política en muchas ocasiones no perdona: Sócrates Rizzo, un hombre que llegó con enormes expectativas al gobierno de Nuevo León, visto como uno de los políticos más cercanos al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, no pudo terminar su sexenio: debió renunciar luego de innumerables denuncias en contra de su administración por malos manejos (su representante en el DF, habrá que acordarse, era Napoleón Gómez Urrutia, quien entonces no recordaba que era minero), pero sobre todo por una crisis de seguridad. Unas semanas antes de la renuncia, en enero del 96, fue asesinado en un restaurante frente a Cintermex (el principal centro de convenciones y exposiciones de la ciudad de Monterrey) el abogado Leopoldo del Real Ibáñez mientras platicaba con el director de la Policía Judicial del estado, Fernando Garza Guzmán. El asesino, que supuestamente fue herido por los custodios del jefe policial, pudo escapar. Garza Guzmán siempre dijo que había recibido “órdenes superiores” para entrevistarse con Del Real Ibáñez, un personaje gansteril, presuntamente relacionado con el narcotráfico y con otros personajes tan oscuros como Guillermo González Calderoni, un ex jefe de la Policía Judicial muerto unos años después. Las relaciones de Del Real con funcionarios del gobierno de Sócrates Rizzo catalizaron las denuncias y si bien nunca se establecieron requerimientos legales en su contra, llevaron al gobernador, muy enfrentado con el entonces presidente Zedillo, a presentar su renuncia. Lo reemplazó el ahora diputado Benjamín Clariond.

Sócrates cayó por una crisis de seguridad que sería algo así como el huevo de la serpiente, desde donde se comenzó a generar la crisis de magnitudes mucho mayores que conocemos ahora. Por eso resulta por lo menos paradójico que el ex gobernador diga ahora que “antes” los gobiernos priistas mantenían la paz con los cárteles del narcotráfico distribuyendo las rutas de la droga entre los mismos. Luego Sócrates se desdijo y aseguró que había querido decir que había una mucho mayor coordinación entre las autoridades y los órganos de seguridad, pero la declaración ya no podía ser retirada.

En realidad, lo que hizo Rizzo fue repetir algo que se ha dicho hasta la saciedad y que creo que es parte más de la mitología política de la época del presidencialismo imperial, diría Krauze, que de la realidad. No deja de ser extraño que haya sido durante el periodo de Pablo Chapa Bezanilla en las investigaciones de los casos Colosio y Ruiz Massieu, cuando se impuso esa versión, que incluso daba cuenta de hechos casi alucinantes, como una reunión en el rancho Las Mendocinas, de Raúl Salinas de Gortari, donde supuestamente durante todo un día departieron alegremente todos los miembros del gabinete, algunos políticos de alto rango (incluido Sócrates Rizzo, que fue uno de los personajes sospechosos de aquellas tramas fantásticas de Chapa Bezanilla) y todos los jefes del narcotráfico de entonces. La reunión era inverosímil, entre otras razones porque desde aquella época los jefes del narcotráfico ya se estaban matando entre sí, porque ya existía una guerra entre los Arellano Félix y lo que era entonces el cártel de Amado Carrillo, sobre todo con los grupos de Joaquín El Chapo Guzmán y Héctor Luis El Güero Palma, mucho antes de que el primero adquiriera el peso que tuvo después.

A Sócrates Rizzo lo traicionó, como a muchos que añoran la restauración política del país, esa concepción, que nunca fue del todo cierta, de que el presidente priista del pasado podía arreglar todo, desde el nombramiento del último alcalde hasta la distribución de las rutas del narcotráfico. Y por supuesto que el poder de los mandatarios del partido “prácticamente único” era enorme comparado con el actual poder presidencial, pero existían límites, contrapoderes internos y externos que equilibraban la situación, sobre todo en el tema del narcotráfico, donde desde 1985, con el asesinato de Enrique Camarena y la certificación anual de lucha contra las drogas, los márgenes del gobierno estaban relativamente acotados.

Lo que había entonces, que no existe ahora, eran reglas, era una suerte de capacidad de operación ante los distintos cárteles, que se ha perdido.

Pero eso es por causas estructurales: no existía el consumo de drogas que hay hoy, no se lucha por las esquinas, las colonias y las escuelas ni remotamente existía el número de armas que hay ahora, pero la crueldad ya estaba allí: al Güero Palma sus rivales de Tijuana y Colombia le secuestraron y mataron a sus hijos y le enviaron por mensajería la cabeza de su mujer. Y estamos hablando de fines de los años 80.

El poder presidencial alcanzaba para mucho. Pero ahora alcanza y sobra para las fantasías y las añoranzas restauradoras.

Sorpresas

Luis González de Alba
La Calle
Milenio

Ninguno de los grandes visionarios, como Verne, H. G. Wells, Clarke, Bradbury, previó la computadora personal y la red de conexión planetaria que es la Internet o las redes FaceBook y Twitter. Tampoco se vio venir la revuelta del mundo árabe. Los países musulmanes no han construido el laicismo que surgió en Occidente con la Revolución Francesa y en México se retrasó hasta el presidente Juárez.

Ya lo dijo Cristo: Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. Aún nadie sabe si la revuelta popular que vive el Magreb (África del norte) sea para tener gobiernos laicos y mujeres en la calle sin acompañante masculino y de la familia. La sombra del cambio en Irán levanta fundados temores: cambiaron al Sha por el ayatolá Jomeini. Turquía es el único ejemplo de Estado laico y población musulmana. Pero lean Nieve, de Orhan Pamuk para una idea de la dificultad cuando son las propias mujeres las que exigen su derecho a llevar velo.

Los hermanos Castran, dictadores de Cuba que superan los años en el poder absoluto de las dictaduras en Egipto, Túnez y Libia, han tenido la visión más eficaz para consolidar una dictadura: cuando Daniel Ortega, en su primer mandato, llamó a elecciones en Nicaragua, recibió la observación de Fidel: es un error, le dijo. Y acertó: Ortega perdió las elecciones. Por resquicios tecnológicos de la globalización cayó la inmensa URSS.

Sabiamente, los Castro ven que la tecnología derivada de la ciencia no es compatible con el despotismo. De ahí que con aguda visión prohíban antenas que puedan captar señales del oprimido mundo exterior, la tv por cable o por satélite. Las revoluciones del mundo islámico, que al mes ya han derribado dictaduras y tambalean otras, son producto del hartazgo, sí, pero conducido a través de Internet y teléfono móvil con sus fotos al instante, mensajes y multiplicación geométrica de las convocatorias. Las redes sociales han llamado a las concentraciones con una eficacia que jamás hubo en la historia de los pueblos. Muchos estamos en edad de recordar cuando la única forma de protesta era pagar un cuarto de plana en un diario para que “los abajo firmantes” hicieran público su descontento. El volanteo callejero para anunciar mítines es ahora la edad de piedra de la comunicación.

El siempre lastimoso trapecista Muñoz Ledo llama a derribar un “dictador” elegido en México por voto popular contado y recontado por los ciudadanos y a quien todo mundo insulta a placer sin ir a terminar en horrendas mazmorras. Lleva cuatro años prediciendo el final y ya mero acierta: en sólo dos años más su profecía se cumplirá y Calderón entregará la Presidencia.

Por supuesto, no lo sucederá un presidente al gusto del chapulín. Muchos mexicanos ya no vemos diferencias entre los partidos, y menos con las coaliciones de “enemigos irreconciliables”. Quiero suponer (wishful thinking?) que votaremos por proyectos. Y uno está claro: fue expuesto en el programa de Leo Zuckerman, acompañado de Héctor Aguilar Camín y Jorge Castañeda:

Una reforma fiscal que incluye, entre otros puntos:

1. Reducir el IVA de 16% a 12% y generalizarlo, dejando una pequeña canasta básica exenta.

2. Disminuir la tasa del Impuesto Sobre la Renta de 28% a 25%.

3. Simplificar la contribución para las personas físicas y morales con ingresos anuales menores a 20 millones de pesos para que paguen 5% de sus ingresos totales al fisco.

4. Un nuevo impuesto a las ventas finales que podrían cobrar los estados y el DF con una tasa máxima hasta de tres por ciento.

Lo presentó el senador Manlio Fabio Beltrones… del PRI. Por lo que a mí respecta: ¿dónde firmo?

Y en cuanto al Poder Judicial, que a todos nos da vergüenza, completar la reforma que a Zedillo le dejaron trunca cuando perdió la mayoría legislativa y los niños berrinchudos se dedicaron a meterse zancadilla.

Para oprobio intergaláctico de la justicia mexicana, recordemos tres casos:

El PRI. Entre las acusaciones contra Raúl Salinas estuvieron las visiones de una bruja que lo vio matar con un bat de beisbol a un diputado y enterrarlo en su jardín.

El PRD. Sobre la edecán Paola Durante cayó toda la saña del PRD y su procurador Samuel del Villar porque un criminal preso dijo, a cambio de rebaja en la condena, haberla visto entrar a la cárcel y oído planear el asesinato de Paco Stanley. Sólo un gran ombudsman como Luis de la Barreda pudo liberarla.

El PAN. El affaire Cassez hace agua por el montaje para darle emoción en tv.

Ni cómo defenderlos.

Ideología mata amor: El sol de la tarde (Quimera, 2010).