mayo 30, 2011

La maestra y los niños...

Esto sucedía dentro de un kinder en La Estanzuela mientras afuera cinco hombres que se encontraban en una base de taxis pirata, que aparentemente era punto de venta de droga, fueron acribillados por un grupo armado que iba en dos camionetas, en el sector de La Estanzuela, en el sur de Monterrey.

De las oportunidades

Arturo Damm Arnal
arturodamm@prodigy.net.mx
La Crónica de Hoy

Últimamente me han preguntado por las oportunidades que se presentan hoy en la economía mexicana, pregunta a la cual respondo, uno, que la economía mexicana no existe, ya que lo que existe son las actividades económicas de cada quien, y, dos, que las oportunidades no se presentan, como caídas del cielo, o brotadas de la tierra, consecuencia de la buena suerte, sino que hay que crearlas.

En el ámbito del mercado, del intercambio entre oferentes y demandantes, la creación de oportunidades para el oferente depende de la creación de oportunidades para el consumidor o, dicho de otra manera, las oportunidades de un productor son el premio por haber creado oportunidades para los consumidores, lo cual supone haberlos servido mejor que sus competidores en términos de precio, calidad y servicio.

Al crear más (dimensión cuantitativa) y mejores (cualitativa) oportunidades para los consumidores, los productores crean más y mejores oportunidades para sí mismos, más y mejores oportunidades que se traducen en mayor ganancia, misma que está plenamente justificada, tanto desde el punto de vista ético como desde la perspectiva económica, por ser el resultado de la creación de más y mejores oportunidades para el consumidor, lo cual le ayuda, a partir de la ampliación del campo en el cual ejerce la libertad de elección, a elevar su bienestar.

Más y mejores oportunidades para el consumidor quiere decir más y mejores bienes y servicios a disposición del consumidor, y más y mejores bienes y servicios a disposición del consumidor, si éste tiene poder de compra (desde aquel problemita con la manzana, y el consiguiente “Se me van del paraíso…”, así son las cosas: si queremos comer debemos trabajar; para comprar hay que generar ingreso; el consumo es consecuencia de la producción), quiere decir mayor bienestar, pero no solamente para el consumidor, sino también para el productor, cuyo bienestar depende del bienestar que sea capaz de crear para el consumidor, quien al final de cuentas tiene la última palabra. Se trata de la soberanía del consumidor, del hecho de que una empresa subsiste hasta que el consumidor quiere, de tal manera que el reto de cualquier empresa es que el consumidor compre su mercancía, la consuma, quede satisfecho, la vuelva a comprar y a consumir, todo lo cual depende de la cantidad y la calidad de las oportunidades que el productor sea capaz de crear para el consumidor, lo cual tiene que ver con el tema de la competitividad, es decir, con la capacidad para, partiendo de menores precios, mayor calidad y mejor servicio, hacerlo mejor que los demás, demás que no son otros más que la competencia.

El hecho es que las oportunidades, sobre todo en el ámbito del mercado, no brotan de la tierra, ni caen del cielo, sino que son producto de la creatividad del empresario, es decir, de la capacidad para inventar mejores maneras de satisfacer las necesidades de los consumidores. Para el empresario, el reto es crear oportunidades para el consumidor, única manera de crear oportunidades para sí mismo.

No, no es 'normal'

Denise Dresser
Reforma

Según el PRI, la entrega de autos y puestos públicos a promotores del voto es "normal". "Es legítimo". "Es legal". Sin la menor vergüenza, Eruviel Ávila incluso reconoce que él mismo es producto de esa práctica tradicional de su partido: "Si otras opciones políticas no lo hacen aquí, nosotros sí lo hacemos. De hecho yo soy producto de que en su momento fui apoyado, fui estimulado". Estimulado por regalos, favores, prebendas y puestos públicos como los que ahora ofrece. Estimulado por lo que el PRI considera legal y aceptable, pero no lo es ni debería serlo. Lo que él y sus subalternos defienden con tanto entusiasmo se llama clientelismo. Se llama patrimonialismo. Se llama patronazgo. Se llama corrupción.

Se nutre de una red compleja de lazos personales entre "patrones" y sus "clientes". Entre Arturo Montiel y quienes lo llevaron a la gubernatura. Entre Enrique Peña Nieto y las mujeres a las cuales les regala despensas. Entre Eruviel Ávila y los promotores del voto a los cuales les ofrece participar en las planillas de los municipios y en el gobierno del estado. Lazos fundados sobre las ventajas materiales mutuas: el patrón provee recursos -dinero y empleos- a los cómplices que dependen de él. Y ellos, a cambio, le dan apoyo, cooperación, asistencia a mítines y votos. El patrón posee un poder desproporcionado y una amplia latitud sobre la forma en la cual distribuye los recursos bajo su control. Y los pobres y los marginalizados y los manipulados aceptan esta relación transaccional porque resuelve los problemas inmediatos de su vida económicamente precaria. El voto a cambio del saco de cemento. El voto a cambio de la oferta de trabajo. El voto a cambio del premio prometido.

Eso que al PRI le parece tan "normal" es absolutamente antitético a las reglas, a las instituciones, a los procedimientos de la democracia. El clientelismo no está construido sobre la "transparencia" -de la que se jacta Eruviel Ávila- sino sobre fuentes veladas de poder e influencia. Sobre la lealtad comprada. Sobre formas de comportamiento que inhiben la participación popular autónoma, subvierten la legalidad, fomentan la corrupción y distorsionan la entrega de servicios públicos. Sobre dinero en efectivo, cachuchas, camisetas, lápices, desayunos, lavadoras, machetes, fertilizantes, pollos, vacas y borregos. Y como el clientelismo corre en contra de los incentivos para el buen gobierno, el Estado de México no puede presumir que lo tiene. Allí está, entre los primeros lugares de feminicidios y entre los últimos en transparencia.

Aún así, no deja de sorprender el desparpajo priista. La ausencia de recato. El cinismo explícito. La defensa de prácticas criticables que presenta como apropiadas. La frescura con la cual Eruviel Ávila responde cuando se le pregunta cuál es la base jurídica sobre la que va a regalar puestos: "los estatutos y normatividades del partido". O las declaraciones de Luis Videgaray: "Nos parece absolutamente legítimo y normal ofrecer premios a quienes logren las mejores metas de promoción del voto". El PRI no entiende o no le importa que el clientelismo se encuentre en el polo opuesto del espectro democrático. Que es antitético a procedimientos legales e institucionales. Que la toma de decisiones en una democracia se centra en la producción y transferencia abierta de bienes públicos. Que el poder político lo ocupan quienes rinden cuentas y no quienes regalan autos. El clientelismo no se basa en la transparencia sino en la opacidad; no funciona con reglas legales sino a base de decisiones discrecionales; no se aplica de manera neutral y equitativa sino de forma parcial y preferencial; no recompensa la honestidad o la competencia sino la disciplina y el sometimiento.

Y es por ello que el Estado de México cuenta con un gobernante popular pero con un mal gobierno. Con un superávit de segundos pisos pero un déficit de democracia. Con políticos que dan regalos pero no rinden cuentas. Con funcionarios que se aprovechan de sus puestos para promover intereses particulares. Una entidad repleta de abusos como sobornos y extorsión y nepotismo y favoritismo y criminalidad a la alza. Realidades que el PRI tolera. Realidades que el PRI acepta. Realidades que el PRI justifica. Realidades que el PRI fomenta al prometer 3 autos y 27 cargos públicos, estatales y municipales, repartidos entre 6 mil 634 presidentes de comités seccionales y 4 mil comisionados de ruta. Basándose en argumentos como el de Eruviel Ávila que constituyen una racionalización del crimen y la explotación. Fomentando el "dilema del prisionero" entre votantes que preferirían una alternativa distinta al clientelismo pero votan por el PRI ante el temor de ser excluidos de sus beneficios. La "normalidad" priista que es la anormalidad condenable en países verdaderamente democráticos o países que aspiran a serlo. La normalidad de "una comunidad de pillos que se decían personas comunes y corrientes", en palabras de Kafka. O sea, la normalidad kafkiana en la que prometer puestos a cambio de votos es conocido como un "estímulo".

Ni Newton ni Einstein, impunidad

Jorge Fernández Menéndez (@jorgeimagen)
Razones
Excélsior

En tres días consecutivos de la semana pasada, Luis Felipe Bravo Mena, el candidato del PAN a la gubernatura del Estado de México sufrió tres agresiones, dos de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas, una de las cuales le obligó a suspender un acto de campaña, y la otra de un grupo de, se supone, militantes de ultras de la Universidad Nacional. Las tres agresiones fueron condenadas por todos los partidos y ayer el secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, pidió una campaña civilizada a los contendientes. Pero no hay ni un detenido ni un acusado por esas acciones.

Si las encuestas no mienten, Bravo Mena no está ni remotamente en condiciones de ganarle la elección del 3 de julio al priista Eruviel Ávila, tampoco el contendiente de la izquierda, Alejandro Encinas, pero ello no debe minimizar lo que está sucediendo. Locos siempre hay, pero lo que nos debe preocupar es la impunidad. Ya sabemos lo que sucede cuando la violencia se hace presente en unos comicios: lo vivimos en 1994, con el preámbulo de la muerte del cardenal Posadas el año anterior. Aún no nos podemos recuperar plenamente de aquellos años y de sus repercusiones, sobre todo en el ámbito económico y de credibilidad en el sistema de justicia.

Sirve de bastante poco que los partidos y la Secretaría de Gobernación (y la rectoría de la UNAM) condenen las agresiones si no pasa absolutamente nada. Hace unos meses, en un acto en la UNAM, el ahora senador y ex candidato presidencial Francisco Labastida fue agredido y no pasó nada. Los miembros del SME se han cansado de agredir a funcionarios, comercios, a ciudadanos, y no pasa nada. Han bloqueado, incluso la entrada al domicilio particular del secretario del Trabajo, Javier Lozano, y no sucedió nada… bueno, en realidad algo pasó, la Secretaría de Gobernación los invitó a una mesa de diálogo. Hace unas pocas semanas quemaron automóviles de particulares, pero tampoco ha pasado nada. Ahora se agrede a un candidato a gobernador y tampoco pasa nada. Ni el gobierno federal ni el de la capital del país ni el del Estado de México se han dado por enterados de las sucesivas agresiones que sufren ciudadanos, comerciantes, funcionarios, opositores y ahora candidatos.

Y a eso se debe sumar que los partidos parecen más interesados en agredirse mutuamente, en encadenar adjetivos y en utilizar pocos sustantivos que en hacer propuestas en sus campañas. Es el peor preámbulo posible de 2012 y ya de por sí lo es para estos comicios de julio próximo. La enorme mayoría de los actores principales de 1994 están en el primer plano de la política nacional y saben lo que se genera con la violencia: Marcelo Ebrard y Manuel Camacho, lo mismo que López Obrador en el PRD fueron actores principales; además, aunque entonces él no fuera un militante destacado, por demasiado joven, buena parte del equipo de Enrique Peña ahí estaba, incluidos personajes que son hoy fundamentales, como Carlos Salinas de Gortari, Manlio Fabio Beltrones y Elba Esther Gordillo; Felipe Calderón se aprestaba a convertirse en presidente nacional del PAN. El general Galván, el almirante Saynez, el secretario García Luna lo vivieron desde áreas operativas de la seguridad. Pero no aprendemos. La memoria se ha perdido en la misma proporción en que ha crecido la impunidad. Nuestras autoridades, todas, parecen ser absolutamente insensibles a la hora de hacer cumplir la ley. Nadie quiere pagar ese costo y, por ello, esos y muchos otros grupos y personajes sienten que, si enarbolan una bandera política, de derecha, centro o izquierda, todo se puede y saben que jamás existe un castigo.

Las leyes de Newton hablan de que “con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto” o, como se dice popularmente, a toda acción corresponde una reacción. Si esa reacción, en el terreno social, no la generan las autoridades, las acciones impunes se convierten cada día en más poderosas. Con un agregado que le debemos a Einstein y su teoría de la relatividad: cuando las acciones son cada vez más veloces, cuando se acercan a la velocidad de la luz, aumenta su masa y con ello su propia generación de energía. Se transforman en otra cosa, para decirlo vulgarmente, en cuerpos que adquieren autonomía y sobrepasan las reacciones que ellos mismos generan.

En otras palabras, la violencia que no se contenga ahora con medidas ejemplares, se repetirá y va a aumentar en forma sistemática de aquí a 2012 y cada día que pase sin castigarla la hará más autónoma, más poderosa y más difícil de identificar en sus orígenes. Sí, los partidos y las autoridades deben frenarlas ahora, si no queremos más tarde pagar las consecuencias.

República democrática de Oaxaca, ya

Luis González de Alba
La Calle
Milenio

Oaxaca recibe de la Federación más del 95 por ciento de sus ingresos. Lo demás es turismo, que ahuyentan. Lo mejor sería que un general oaxaqueño patriótico independizara ese estado y con los appos funde la República Democrática de Oaxaca.

Queridos amigos Guajaqueños: Texas se separó de México en 1836, y miren lo bien que les va. Quien encuentra petróleo se vuelve rico, toda su petroquímica produce utilidades (hasta una planta que tiene por allá Pemex es la única en la que no pierde), es un estado muy rico en el país más rico del mundo y de la Historia del mundo. Deben ustedes declarar su independencia. Les sugiero el grito que todavía nos cobran los texanos: Remember the Alamo!

En Oaxaca, cada año es la misma historia de patanes que cobran por tener al estado en el último lugar educativo de un país en los últimos lugares entre los de su talla: la sección 22 del SNTE. Presenta un “pliego petitorio”, o chantaje, con 80 demandas. Algunas los desnudan: “Anulación de la Alianza por la Calidad Educativa”: los maestros no quieren ser evaluados ni que se evalúe el resultado de la calidad en la educación impartida: los alumnos. Derogar la actual Ley del ISSSTE aunque eso no está en manos de ningún gobernador. Tampoco les gustan “las reformas estructurales, la reforma laboral y demás agresiones a la clase trabajadora”, sólo que son reformas que no se han hecho.

Regularizar 3 mil trabajadores eventuales, pero sin ser auditados, luego de que Función Pública les detectara 10 mil aviadores. Repartir mil 100 millones de pesos, etcétera.

Oaxaca exige 570 municipios para un territorio poco mayor que Tamaulipas, con 43. Una mayoría se rige por leyes especiales que prohíben a sus mujeres tener cargos públicos.

Bajo la consigna “Aquí en este pueblo mandamos los hombres”, vecinos de San Juan Cotzocón intentaron quemar viva a la tesorera de la localidad después de exhibirla desnuda ante la población, señala Proceso, 10 de mayo.

“El profesor Melchor Agripino Guzmán Cruz, miembro de la Sección 22 del SNTE [¡por supuesto!], ordenó linchar a la tesorera Evitelia Pacheco Ramírez, cuyo delito, según narró un testigo, fue encabezar, con otras dos mujeres, el gobierno en la agencia municipal de Emiliano Zapata”.

Oaxaca recibe de la Federación más del 95 por ciento de sus ingresos. Lo demás es turismo, que ahuyentan cada año, platos de barro chuecos y mole negro, perfecto para ocultar moscas y cucarachas.

Lo mejor sería que un general oaxaqueño patriótico independizara ese estado y con los appos funde la República Democrática de Oaxaca. Y nos exijan pasaporte y visa para cruzar sus fronteras. Como el estado expulsa población, la seguiremos admitiendo sin visa como obra caritativa. Su presidente podría modificar el ISSSTE a placer. O esfumarlo.

En el 2006, a título de ya nadie recuerda qué, los de la APPO incendiaron edificios, archivos, autos, transportes públicos, asesinaron a un maestro por dar clase y a un joven por mover una piedra que impedía el paso de su auto a su cochera. El grito era: ¡Ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó! Ulises no cayó. Entregó el gobierno a un sucesor elegido por voto universal y directo, una alianza PAN-PRD y otros, bendecida por AMLO, que, aliado con Peña Nieto, despotrica contra una igual en el Estado de México. El dirigente de los appos, Flavio Sosa, recibió en pago del secuestro de su ciudad capital una diputación del PT, partido que crearon los hermanos Salinas de Gortari para oponer al PRD.

El diputado Sosa se lleva, como todos, un buen medio millón de pesos al mes, entre su salario, notas de restoranes de lujo, auto, chofer, gasolina, secretarias y seguro médico privado (no quieren ISSSTE). Un “movimiento” pagado con medio millón de pesos mensuales… más lo que caiga por comisiones y otros asuntos.

Azael Santiago Chepi, secretario general de la Sección 22, ¿cuánto a que será diputado en las próximas elecciones federales?

Narcos felices

“El crimen organizado planeó la marcha contra la Marina en Saltillo”, reporta MILENIO. Javier Sicilia se indigna porque se envíen más tropas a las zonas con crimen desbordado. El primer secretario de Seguridad Pública que da magníficos resultados, Genaro García Luna, puede quedar sin nacionalidad mexicana por aceptar una medalla de Colombia antes de que la Comisión Permanente le diera el permiso solicitado (y él cayó en el garlito). El Negro Radilla, detenido por el asesinato de los jóvenes entre quienes estaba el hijo de Sicilia, ríe feliz: quien lo apresó pagará por ello. Bravo mexicanos: nomás recuerden cuando tuvimos una guerra civil en plena invasión de EU en 1847. Así nos va. Por suerte para California y otros estados, perdimos.

De cómo los ricos lo vuelven a ser después de la Revolución, Olga (Planeta, 2010).