noviembre 15, 2011

A traumatismos se debió la muerte de Francisco Blake y sus acompañantes; el helicóptero estaba intacto cuando se estrelló: SCT

Lindsay H. Esquivel
La Crónica de Hoy


Al recabar información sobre la trayectoria del impacto que tuvo el helicóptero Súper Puma, en el que murió el secretario de Gobernación, Francisco Blake, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) informó que no hay indicios de que el piloto hubiera realizado un aterrizaje forzoso.

Al revisar las evidencias, el capitán Gilberto López Meyer, director general de Puertos y Servicios Auxiliares, explicó que “el nivel de destrucción de los rotores del helicóptero, tanto de la parte superior como el de la sección de cola, indican que estaban girando a muy alta velocidad, consistente con una velocidad de crucero de vuelo normal, no de un aterrizaje”.

Abundó que “la columna del tren de aterrizaje delantero se observan en posición retractada, es decir, de vuelo normal y no en condición de extendido que pudiera permitir la posibilidad de un intento de aterrizaje. Estos elementos establecen la presunción de que no había el intento de hacer un aterrizaje”, precisó.

Por su parte, Dionisio Pérez-Jácome, titular de la SCT, reiteró que de acuerdo con las coordenadas del impacto, antes del siniestro no hubo alteración en la trayectoria de vuelo ni pérdida de control.

Informó que, con base en fotografías tomadas en la zona del accidente, se puede determinar que el helicóptero tuvo una secuencia de contacto con el terreno, donde se fue desarticulando en una trayectoria ascendente de 150 metros, desde el primer contacto hasta que se destruye la cabina.

“El helicóptero pudo tener múltiples contactos con el terreno”, dijo Pérez-Jácome, y detalló que en un primer momento el rotor delantero cortó diversos arboles a su paso.

Posteriormente, metros más arriba, la aeronave giró en múltiples ocasiones, para que en 25 metros más perdiera la parte del fuselaje.

Como último momento de la secuencia de fotos, se observa el desprendimiento de la entrada de aire de la aeronave y la sección principal del fuselaje y componente. Finalmente, se observa la cabina destruida en su totalidad.

Las autoridades reiteraron que no hay rastro de fuego o explosión, ni ningún rastro de incendio, o fundición de piezas ni deformaciones de naturaleza expansiva en materiales o componentes, que pudieran sugerir alguna otra hipótesis en ese sentido.

En el sentido de que el Súper Puma hubiera presentado fallas en vuelos pasados, como se diera a conocer la víspera, López Meyer aseguró que en las evidencias recabadas se muestra que los motores operaban en condiciones de “alta potencia”, es decir, con normalidad.

También se confirmó que otro helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública circulaba por la zona donde ocurrió el siniestro, y que confirmó la reducida visibilidad en el área.

El titular de la SCT insistió que esta información es preliminar y serán los peritos quienes determinen las causas del percance, pues ya se encuentra en México el grupo de expertos que realizarán las investigaciones.

Michoacán: la penumbra electoral

Javier Corral Jurado (@Javier_Corral)
Diputado Federal del PAN
El Universal

Hay una oscuridad estrujante en medio de la supuesta “transparencia” con la que Humberto Moreira anunció el triunfo del PRI en las elecciones michoacanas. Ensombrecido el proceso electoral de tiempo atrás por las amenazas del crimen organizado a candidatos del PAN y del PRD, la estela de acontecimientos muestra una penumbra peligrosa para todo México en la que ni el propio PRI puede sentirse tranquilo por más que haya sido beneficiario.

Es un proceso documentado y verificable: el crimen organizado cerró filas con el PRI, y el PRI se dejó querer. No atajó ni cuando la evidencia fue dramática y ostensible: en el periódico A.M. de La Piedad, en el que hace tres semanas fue asesinado el alcalde panista Ricardo Guzmán, uno de los grupos del crimen hizo publicar a los editores el domingo un desplegado intimidatorio a los ciudadanos de varios municipios con la amenaza de que se producirían más muertes si el PAN era respaldado en las urnas. “No habrá tregua, morirán soldados de nosotros, federales, zetas y también los gobernantes rateros. Cabezas y cuerpos descuartizados rodarán, será ahora sí una guerra sin cuartel”.

En una nota al calce del texto mafioso, el director del periódico explicaba: “Publicamos el presente comunicado textual a solicitud de los interesados y con el fin de salvaguardar la seguridad de los que laboramos en esta empresa”. Los delincuentes les habían blandido la amenaza en el mismo comunicado: “A los reporteros les decimos no callar la verdad y difundir nuestro mensaje o con su pellejo pagarán las consecuencias de no hacerlo. No usen playeras del PAN, no queremos confundirlos y que haya muertes inocentes”.

Este hecho muestra el ambiente que rodeó y en el que se desarrolló la jornada electoral de Michoacán, en el que las encuestas daban a Luisa María Calderón, candidata del PAN, una delantera desde dos semanas antes de la elección. Pero no fue el único “incidente menor”, como lo llamaría el líder nacional del PRI. Semanas previas a la jornada y dentro del marco del Protocolo de Seguridad, signado por el entonces secretario de Gobernación Francisco Blake y el gobernador Leonel Godoy, el PAN solicitó a las autoridades locales y federales apoyo de seguridad para los candidatos a presidentes municipales de 9 alcaldías y para candidatos a diputados en dos distritos, en razón de que fueron amenazados por la delincuencia organizada, con el objetivo de que no se hiciera campaña, ya que la fuerza política de su preferencia era el candidato del PRI.

Cuatro días previos a la jornada se registraron “visitas” a las casas de candidatos panistas por parte de integrantes del crimen organizado, que en grupos de 4 o 5 camionetas con hombres armados amenazaron y en algunos casos hasta secuestraron temporalmente a ellos y sus familias, situación que se dio en al menos cinco municipios. En Morelia grupos delincuenciales golpearon y amenazaron a militantes panistas y en todos los casos la amenaza era: el partido que tenía que ganar era el PRI.

¿Que respondió el PRI entonces? El 10 de noviembre en la reunión de la Mesa de Distensión Política instalada dentro del Protocolo de Seguridad, en la que participan el secretario de Gobierno del estado, la coordinación de la Segob en la entidad y los presidentes de los partidos, y derivado de la información que se puso sobre la mesa, se le solicitó al dirigente estatal del PRI, Antonio Guzmán, que se deslindara públicamente de tales hechos y su respuesta fue de enojo, y su único e irreductible posicionamiento, así asentado en el acta, fue que el Ejercito y la Policía Federal no patrullaran la entidad, porque provocaría la “inhibición del voto”.

El día de la jornada, en 14 municipios grupos delincuenciales amenazaron, inhibieron, golpearon y hostigaron a militantes del PAN.

Los resultados preliminares dan el triunfo al PRI: 563,598 votos, que representan 35.39%, seguido del PAN con 520,334, que representa 32.67%, y en tercer lugar el PRD: 459,953, con 28.88%. Existe una directa y contundente acusación de dirigentes y candidatos del PAN y del PRD de que el narco operó para el PRI. ¿Qué dice Fausto Vallejo, candidato del PRI? Que él es “un hombre constructivo”, que “hay que darle vuelta a la página”, que a él “lo único que le interesa es la paz y el progreso de Michoacán”. Aunque esa paz, hay que agregar, esté entre la luz y sombra de esa penumbra en la que el pueblo de Michoacán fue votar.

El cómo

Federico Reyes Heroles
Reforma

La semana pasada se presentó un informe especial de Human Rights Watch, HRW, sobre la situación de los derechos humanos en nuestro país. Se trata de una investigación en cinco entidades que muestra un severo deterioro en la materia. A pesar de los buenos modos desplegados por José Miguel Vivanco y su equipo que buscaron no personalizar la postura de HRW, los hechos no permiten evasiones. La lectura de nuestra realidad, hecha para legos, por momentos sorprende por el profundo sentido común que hemos perdido en la discusión. Resumo.

Después de dos décadas de disminución, la violencia se ha incrementado brutalmente en los años recientes; la tasa de homicidios aumentó 260% entre 2007 y 2010; en cifras oficiales del 2006 al 2010 rondamos las 35,000 muertes relacionadas con la delincuencia organizada; el incremento en la violencia ha sido consecuencia en gran parte de la rivalidad entre cárteles muy poderosos, incluidos aquellos vinculados a otras actividades ilícitas como la trata de personas; esas actividades han afectado prácticamente todas las esferas de la vida pública con modalidades delictivas como la extorsión, los secuestros en masa, el asesinato de servidores públicos y otras encaminadas a infundir terror entre rivales y entre la población en general.

HRW no cuestiona la decisión presidencial que está en el origen: "Cuando Calderón asumió la presidencia en el 2006, heredó un país donde los cárteles consolidaban... su presencia y las fuerzas de seguridad -militares y civiles- tenían extensos antecedentes de abusos e impunidad...". Pero la obligación del gobierno es "asegurar que el sistema de justicia penal funcione de manera adecuada...". Viene la crítica de fondo: "En lugar de adoptar las medidas necesarias para reformar y fortalecer las deficientes instituciones de seguridad pública... Calderón decidió emplearlas para llevar adelante una 'guerra'...". Hay así alrededor de 50,000 soldados asignados a operativos en los cuales se asumen responsabilidades propias de la policía y del MP: patrullaje de zonas, intervenir en los enfrentamientos y, muy relevante, investigar y obtener datos de inteligencia.

A la presencia del Ejército y la Armada, se "sumaron" más de 2,200 fuerzas policiales, estatales y municipales. Es muy cuestionable la "suma". Lo demás el lector seguramente lo ha escuchado: tortura, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales y un etcétera muy largo y doloroso. "La evidencia sugiere que habría participación de soldados y policías en ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas en todo el país". Basado en información oficial, de la CNDH y la propia, HRW no evade conclusiones condenatorias muy severas: el retroceso de los derechos humanos es innegable, "la guerra desplegada por Calderón ha conseguido exacerbar un clima de violencia, caos y temor en muchas partes del país".

A partir del informe y de las entrevistas en el más alto nivel, los directivos de HRW ratificaron un punto medular: la ausencia casi absoluta de investigación sobre los crímenes cometidos. De los 35 mil homicidios oficiales sólo 997 casos han sido investigados por la PGR. De ahí se derivaron 22 condenas por homicidios y lesiones. Del 94 al 2010 sólo hay dos sentencias por tortura a nivel federal. Ni las autoridades federales ni las locales dan un mínimo seguimiento de los hechos. ¿Rebasadas o negligentes? Como sea simplemente no sabemos nada de la gran masa de muertos habidos en esta "guerra". De ahí se deriva una conclusión no macabra pero sí espeluznante. Esa cifra que corre en el sentido de que más del 90% de los muertos eran parte de las bandas es insostenible. Nadie sabe bien a bien quiénes eran y en qué andaban. Afirmar que eran delincuentes es pura especulación. Quizá si, quizá no.

Regreso al origen. Es ocioso especular sobre si Calderón acertó o erró al entrar en esta "guerra". Nunca conoceremos la versión contra factual, nunca sabremos qué hubiera ocurrido de no haber actuado. Ése será el argumento central de su defensa. Lo que sí sabemos es que las incautaciones y destrucción de plantíos han disminuido; que el consumo aumenta, que la violencia se dispara, que el número de muertos es monumental y ahora que el respeto a los derechos humanos va en picada. En el horizonte se forman nubarrones. La ausencia de investigación abre un flanco institucional que quita el sueño. Ya hay quien incluso pretende la intervención -creo que insostenible- de la Corte Penal Internacional en contra de las cabezas del actual régimen. Lo cierto es que más allá de qué se hizo, está el cómo. Simples ciudadanos o narcos todos somos sujetos de derechos inalienables. Ésa es la esencia de una convivencia civilizada.



Una llamada. "Señor secretario, el piloto consideró que no hay condiciones para volar a Cuernavaca. Ya procedí a cancelar su asistencia al acto". Así debió ser. Nada hubiera ocurrido. El costo personal, laboral e institucional de nuestra excesiva solemnidad es enorme. Mi más sentido pésame.

El narcovoto michoacano

Ricardo Alemán (@RicardoAlemanMx)
Excélsior

Apareció a los ojos de todos y, sin duda, influyó en una elección tan cerrada como la que se vivió en el estado de Michoacán el pasado domingo.

Todos saben que en Michoacán se patentó el grupo criminal motejado como La Familia Michoacana, que es matriz para otros grupos mafiosos, como Los Caballeros Templarios.

Todos recuerdan que en Michoacán se inauguró el narcoterrorismo, cuando manos criminales detonaron una granada en las Fiestas Patrias del segundo año de gobierno de Leonel Godoy. Y seguramente todos saben que es de origen michoacano el primer "narcodiputado", Julio César Godoy, quien no sólo pertenecía al PRD, sino que es medio hermano del gobernador, Leonel Godoy.

Pero lo que pocos sabían hasta el domingo pasado -y los que estaban enterados, mejor hicieron como que la virgen les habla-, es que también en Michoacán se inauguró un histórico en la vida electoral mexicana: el narcovoto, que apareció a los ojos de todos y que, sin duda, influyó en una elección tan cerrada como la que se vivió en el estado de Michoacán el pasado domingo.

Pero, ¿de qué estamos hablando, cuando nos referimos al narco-voto?

Pues de eso, de que a lo largo de todo el proceso electoral michoacano el crimen organizado hizo acto de presencia en las elecciones locales, pero nadie quiso verlo. Tanto los jefes de partidos como candidatos, autoridades electorales y gobiernos locales prefirieron hacerse de la vista gorda, al grado de que el día de la jornada electoral apareció, a la vista de todos, el sello inconfundible del narco-voto: el miedo. Y si existen dudas, vamos por partes.

¿Cómo explicar, por ejemplo, que ninguna encuestadora de las que participaron en la contienda, y menos los llamados conteos rápidos y los registros de salida, fueran capaces de registrar el resultado final del Programa de Resultados Preliminares? ¿Significa acaso que todas las encuestadoras son tan malas que no pudieron medir ese resultado?

No, la respuesta está en lo poco confiable de los levantamientos. Es decir, que a causa del control que ejercen el crimen organizado y el narcotráfico en importantes regiones de Michoacán, no fue posible tomar registros confiables sobre la intención del voto en esos lugares. ¿Y eso que significa? Que ahí donde no se pudo encuestar es en donde los criminales decidieron el sentido del voto ciudadano.

Pero no es todo, resulta que por lo menos 35 municipios del estado de Michoacán están bajo el control del narcotráfico. ¿Y cuál fue el sentido del voto de todos los habitantes de esas regiones? No es difícil imaginar que las bandas criminales que -como en las movilizaciones que ordenan contra el Ejército y la Policía Federal en municipios, por ejemplo, Apatzingán-, también hayan ordenado el sentido del voto. Pero hay más.

¿Cómo explicar, por ejemplo, que más de 50 aspirantes a diputados o alcaldes hayan declinado a su respectiva candidatura luego de levantones, amenazas, chantajes y presiones de los grupos criminales? Peor aún, ¿qué dijeron sobre esa gravísima irregularidad los líderes del PRI, el PAN y el PRD, sus candidatos, sus cuadros dirigentes? Tampoco ahí se acaba. ¿Quién garantiza que los 50 candidatos que sí aceptaron el cargo -luego que otros tiraron la toalla por temor al crimen- no están vinculados y/o sus candidaturas fueron financiadas por bandas criminales?

¿Por qué razón, por ejemplo, la mayoría de los levantones, secuestros, amenazas y atentados contra candidatos a puestos de elección popular fueron dirigidas contra políticos del PAN, el Panal, el PRD, el PT y Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano)? ¿Por qué no hubo candidatos del PRI levantados, amenazados, secuestrados, como sí ocurrió en el caso del PRD? ¿Por qué nadie dijo nada de que un periódico local de La Piedad haya difundido un amenazante desplegado, vinculado con el crimen organizado, en el que se llamó a no votar a favor del PAN?

Tanto el PAN y su candidata Luisa María Calderón como el PRD y su aspirante Silvano Aureoles sabían que en regiones bien identificadas de la geografía michoacana no fue posible hacer campaña. Por eso, en esos lugares la logística de las campañas se hizo por helicóptero, porque por carretera no es posible entrar a no pocos municipios, salvo que los barones de la droga lo permitan.

Lo curioso es que, desde hace meses, tanto la señora Calderón como el señor Aureoles prefirieron darle bajo perfil al tema del crimen organizado en la elección michoacana. Pero una vez que comprobaron la existencia del narco-voto, hoy pegan de gritos. Lo cierto es que el triunfo del PRI en Michoacán -bajo esas condiciones-, más que un halago, debiera ser una severa llamada de atención a Enrique Peña Nieto.Y es que existe todo para anular el proceso. Al tiempo.

Internet y el 2012

León Krauze (@Leon_Krauze)
leon@wradio.com.mx
Epicentro
Milenio

¿Cuál será el papel de las redes sociales en la elección presidencial del año que viene? No es una pregunta fácil de responder. Nos hemos acostumbrado a pensar en nuestro uso de Twitter, Facebook y demás como verdaderos puntos de inflexión en la manera como procesamos información y razonamos el voto. Y, en efecto, hay ejemplos de cómo las redes sociales pueden servir para difundir mensajes políticos y alentar el sufragio, sobre todo, claro, entre los más jóvenes. La capacidad informativa de la red fue fundamental para Barack Obama, que la utilizó no sólo para recaudar fondos, sino para cortar de raíz rumores sucios sobre su campaña y su persona. Al final, en ese 2008 histórico, Obama se benefició plenamente de las dos capacidades básicas de internet y su relación con la política: difusión de información y estímulo del voto. Pero las dos cosas son muy distintas, y supongo que el verdadero papel de las redes sociales en nuestra propia elección estará en los matices.

Primero lo primero: dudo mucho que Twitter, Facebook y demás herramientas puedan hacer una diferencia sustancial en el porcentaje final de votantes para este o aquel candidato en México. Aunque, por ejemplo, el número de perfiles de Facebook en México suena notable (alrededor de 30 millones), tengo la impresión de que la herramienta no tiene todavía la capacidad para consolidar bloques de votantes, sobre todo porque los usuarios no usan primordialmente las redes sociales en México para formarse opiniones políticas y porque, hasta donde conozco, no hay precedentes claros sobre cómo operar una campaña efectiva por ese medio en nuestro país. Además, de acuerdo con las últimas cifras de la AMIPCI, que se encarga de estudiar nuestras cifras y hábitos en la red, aunque la penetración de internet ha aumentado en México, el porcentaje de usuarios es aún deficiente en comparación con otros países. De manera crucial, el crecimiento se concentra en áreas urbanas y en los estratos económicos más altos. Los dispositivos portátiles conectados eficazmente a la red son pocos aún. Tampoco hay que olvidar que, de acuerdo con la misma asociación, los mexicanos usamos mucho internet para simplemente socializar o para entretenernos (videos y otros sitios similares) y poco para reflexionar (la cifra para uso de blogs está por debajo del promedio latinoamericano). Por todo lo anterior, dudo que las redes sociales —e internet en general— puedan, digamos, “mover” el resultado electoral en México. Claro: puedo equivocarme. Ya veremos.

Pero eso no quiere decir que las redes sociales no puedan tener un impacto de enorme relevancia el año que viene. En los últimos meses, la organización de la sociedad civil a través de la red ha sido admirable. Los internautas han ganado varias batallas, para la libertad del medio y, en algunos casos, para el país en general. Estos triunfos arrojan lecciones. Si bien creo que internet no tiene aún el alcance para impulsar el voto, no tengo ninguna duda de que puede fomentar el voto razonado. Por ejemplo, las redes sociales podrían ser fundamentales para la rendición de cuentas (de ahí que fuera tan deseable la reelección de legisladores). ¿Cómo? Muy simple. Por definición, las redes sociales son enemigas de la opacidad, de lo que se hace “en lo oscurito”, de la corrupción y la impunidad. Durante años, la operación de partidos y políticos se ha nutrido de todas esas, muy mexicanas, herramientas. En el 2012 nuestro uso de internet puede establecer estándares mayores de comportamiento para la clase política. Pienso, por ejemplo, en los escándalos recientes del indignante Partido Verde, vergonzosa rémora priista que solo ha servido para enriquecer a sus aún más patéticos dirigentes. O, por supuesto, en el Panal, mina de dinero e influencia política para el SNTE, una organización que no debería tener ni lo uno ni lo otro, o al menos no a través de un partido político. Si las redes sociales sirven el año que viene para exhibir los usos y costumbres de los remanentes más tóxicos del ogro filantrópico (y, como un cáncer, los hay en todos los partidos), internet en México habrá cumplido con su mejor potencial: libertad, información, progreso.