diciembre 02, 2011

Tima Moreira desde el 2008

Humberto Moreira ocultó por lo menos 25 mil 635 millones de pesos de créditos a la Auditoría del Estado.

El Gobierno de Humberto Moreira contrató deuda sin reportarla en las cuentas que entregaba al Auditor para su revisión desde 2008




Lorenzo Cárdenas
Corresponsal
Reforma

Saltillo (2 diciembre 2011).- A pesar de que en reiteradas ocasiones el líder nacional del PRI, Humberto Moreira, ha asegurado que la megadeuda de Coahuila, actualmente estimada en 36 mil millones de pesos, se originó hasta después de que él dejó la Gubernatura, a principios de este año, la Auditoría Superior del Estado evidenció ayer lo contrario.

Desde el año 2008, Moreira, quien desde ayer perdió el fuero constitucional al dejar de ser Gobernador con licencia, ocultó los créditos con los que iba endeudando a Coahuila, entidad que también desde ayer gobierna su hermano Rubén.

De esa manera se concretó el llamado "moreirazo" al disparar hasta en 19 mil 270 por ciento la deuda estatal a través de prácticas que incluyeron falsificación de documentos oficiales y manipulación de información.

El Informe de Resultados de la Cuenta Pública del 2010 en Coahuila, difundido en internet en los primeros minutos de ayer por la Auditoría estatal, revela que, desde el año 2008, el Gobierno de Moreira contrató deuda, en algunos casos de manera irregular, sin reportarla en las cuentas que entregaban al Auditor para su revisión.

"Las cuentas públicas de los años 2008, 2009 y la original correspondiente al 2010 observan los efectos de la deuda pública no registrada y, en menor medida, de la indebida afectación contable de diversas cuentas de ingresos.

"La manipulación de los registros contables ocasionó que se presentara una (nueva) cuenta pública modificada para el año 2010, con fecha 30 de septiembre del 2011", señala la segunda conclusión del informe del Auditor Armando Plata Sandoval.

Al cotejar la información difundida ayer con los resultados de auditorías a cuentas públicas de los últimos tres años, se muestra que en ese tiempo Moreira ocultó por lo menos 25 mil 635 millones de pesos de créditos a la Auditoría del Estado.

Además, en los contratos de la mayoría de la deuda de largo plazo se reporta un registro ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que esta dependencia federal desconoce.

"De la revisión a los contratos de crédito a largo plazo, cuyo monto asciende a 24 mil 512 millones de pesos", señala el informe, "se observa que todos cuentan con el número de registro de deuda del Gobierno del Estado y de la SHCP.

"Sin embargo", destaca, "la SHCP sólo tiene inscritos en su registro ciertos créditos que ascienden a un monto de 8 mil 329.3 millones de pesos".

En las conclusiones del informe de ayer se advierte que también se usaron prácticas ilegales para endeudar a organismos estatales con la finalidad de allegar recursos al Ejecutivo.

"La contratación de deuda pública a nombre de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, cuyos recursos se transfirieron a las cuentas de la Administración central, cualquiera que sean sus implicaciones jurídicas, confirman las graves deficiencias en la planeación y el destino de los recursos públicos", señala el Auditor.

Al final de las conclusiones, la Auditoría asegura que estas irregularidades serán denunciadas.

...Y hermano llega a Gobierno

Tras rendir protesta como Gobernador de Coahuila, Rubén Moreira, hermano del ex Mandatario Humberto Moreira, llamó a la concordia y la unidad de los coahuilenses.

Durante su mensaje en el Congreso estatal, convocó a las fuerzas de Oposición a sumarse en beneficio de la entidad.

"A las señoras y señores diputados de esta legislatura y la siguiente les digo que tienen mi compromiso de diálogo. Que nos divida la defensa de nuestras ideas y nos una el amor por Coahuila de Zaragoza", expresó.

En su primer discurso como Gobernador, aseguró ante el Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, que buscará trabajar en conjunto con la Federación, lo cual contrasta con la posición que durante su sexenio mantuvo su hermano.

Añadió que los ciudadanos buscan respuestas en los tres niveles de Gobierno, no disputas.

Democracia liberal

Macario Schettino (@macariomx)
schettino@eluniversal.com.mx
Profesor de Humanidades del ITESM-CCM
El Universal

Cuando hace dos semanas se me ocurrió caracterizar el proceso electoral en que estamos ya metidos ubicando a los aspirantes presidenciales, no me imaginé que iba a tener que escribir dos colaboraciones más para explicarme. Tal vez supuse demasiado y no fui claro. Así que fue necesario, el viernes pasado, aclarar por qué ubicaba a Peña Nieto como representante del nacionalismo revolucionario, y ahora explicar por qué califiqué a Josefina Vázquez Mota como la única exponente, en la elección 2012, de la democracia liberal.

No está de más aclarar que, a diferencia de los otros dos aspirantes, que ya están en la carrera, en el PAN no han podido concluir su proceso interno, y la razón por la cual me refería a Vázquez Mota es por su clara ventaja en encuestas. Más amplia ahora, por cierto.

Al hablar de democracia liberal me refiero a esa forma de gobierno en la que el poder está limitado por la ley, que por definición es algo diferente al nacionalismo revolucionario, en donde la ley se subordinaba al poder, que se distribuía en corporaciones y se concentraba en la figura del presidente, gran árbitro y tomador último de decisiones. Al no estar limitado por la ley, el poder tampoco tenía razón alguna para respetar los derechos de las personas (ni siquiera los llamaré ciudadanos): durante buena parte del siglo XX no tuvimos libertad de expresión, asociación, prensa, ni mucho menos de elegir o ser electos.

Ya no lo recordamos, pero todo esto empezó a existir en México, más o menos en forma, después de 1997. Se puede decir que desde 1986 (hay quien piensa que desde 1977) inicia un proceso de liberalización del viejo régimen, que empieza a aceptar los límites de la ley ocasionalmente, o a permitir algunas libertades, pero es hasta que el PRI pierde el control de la Cámara de Diputados que se puede hablar de una democracia en México.

Siendo consistente con el análisis que le presenté hace dos semanas, no hay manera de considerar a quienes forman parte del nacionalismo revolucionario como potenciales demócratas. No lo puede ser quien quiere mantener y acrecentar el poder de las corporaciones, ni puede hacerlo quien manda al diablo las instituciones, o para el caso, quien considera que sabe lo que el “pueblo” necesita, y habla por él. Esto no excluye a una parte significativa del PRI y del PRD, pero sí a quienes hoy son sus candidatos.

Pero eso no explica por qué considero al PAN como un partido que sí entra en la corriente demócrata, y mucho menos liberal. Primero, igual que en el caso de los otros partidos, no está fácil ubicar a toda la institución en este segmento del espectro político. Como se sabe, el PAN ha mantenido desde su origen un conflicto interno entre las dos corrientes que lo fundaron: el liberalismo de Gómez Morín y el humanismo de González Luna. Es esta segunda vertiente la que le ha dado fama de “mocho” al PAN. El adjetivo de conservador, sin embargo, se le atribuye a este partido desde el viejo régimen, para excluirlo del destino manifiesto de la Revolución Mexicana.

Un demócrata liberal en México hoy tendría entonces que aspirar a construir un gobierno limitado por la ley, plural y tolerante, respetuoso de los derechos humanos. Pienso en muchos priístas, panistas y perredistas en este tenor, pero como decía, no imagino ahí a los candidatos revolucionarios. Ni han sido promotores de la ampliación de derechos, ni son conocidos por su carácter plural y tolerante, ni forman parte de grupos respetuosos de la ley. Pero no me cuesta ningún trabajo ubicar a Vázquez Mota en esa lógica. Si de algo tiene fama, es justo de plural y tolerante. Y no veo en su entorno este desprecio por la ley que sí veo alrededor de los otros dos candidatos.

Hace ya muchos meses que en este mismo espacio he insistido en que la única forma de lograr un México democrático, competitivo y justo es precisamente ampliando libertades e imponiendo la ley en un ánimo plural y tolerante. Y me referí muchas veces, aquí mismo, a la necesidad de construir una coalición liberal para ello. Y, dados los tres candidatos, me parece que esto sólo puede ocurrir con Josefina.

No ignoro la mala prensa del PAN, ni sus evidentes fallas en el gobierno. Tampoco menosprecio lo duradero del mito revolucionario, ni el costo de ser claro en un país de máscaras. Pero de muy poco valdría escribir de libertades sin el ánimo de ejercerlas. Usted ejerza la suya y elija lo que prefiera. De eso se trata la democracia liberal.

La foto más anhelada

Francisco Martín Moreno (@fmartinmoreno)
Escritor
fmartinmoreno@yahoo.com
conferenciasmartinmoreno@yahoo.com
Excélsior

No puedo dejar de ser novelista, es más, jamás dejaré de serlo, es parte de mi naturaleza. En este orden de ideas, echando a volar la imaginación, pienso que una de las grandes fantasías que podrían rondar por la mente tan ahora amorosa como antes violenta de López Obrador bien podría consistir en la posibilidad de ver el día de mañana una fotografía de Felipe Calderón encerrado tras las rejas de una prisión federal, acusado de tantos delitos que hoy el ya tierno y cariñoso tabasqueño de cualquier manera podría llegar a concebir.

Tal vez el enunciado anterior carezca de todo fundamento desde que López Obrador, el hombre que anteriormente ordenó la toma del Paseo de la Reforma y enloquecido de furia se colocó en el pecho la banda tricolor haciéndose llamar presidente legítimo, en nuestros días se ha convertido en un amoroso franciscano que va por la vida arrojando capullos perfumados mientras canta y repite sonriente: hermano árbol, hermano pájaro, hermana flor, hermano cielo, hermano universo y hermano ser humano, a quien debe cubrir de amor al igual que a las instituciones de la República a las que ya ama. Ahora se dirige a "la mafia del poder" que se adueñó ilícitamente del país como la oposición republicana. Hasta sus malditos enemigos, los famosos Chuchos, fueron tocados con su prodigiosa varita mágica. Ahora son duendes del bien que buscan con lágrimas en los ojos la unión de la izquierda. El amor todo lo puede.

¿Se acabará el "amor" cuando los perredistas rechacen el número de curules que les impondrá la nueva alianza de izquierda o perduraría el romance si AMLO volviera a perder las elecciones de julio...? ¿Es posible que, en lugar de la regeneración cantada, el antes furioso tabasqueño nuevamente derrotado, arroje las teorías amorosas por la borda y esta vez invite a la toma de calles, pueblos y ciudades con tal de no aceptar el veredicto final dictado por las autoridades electorales de la República. ¿Si López Obrador perdiera nuevamente las elecciones aceptaría resignadamente el resultado, como en su momento lo hicieron Mitterand y Lula, para buscar después una nueva oportunidad, o se volverá a poner otra banda en el pecho rechazando la decisión mayoritaria del electorado mexicano llamando mafioso a quien lo derrotó?

Me resulta evidente suponer con quién empezará López Obrador a saciar su insaciable apetito de venganza en el caso de llegar a la Presidencia y la respuesta no podría ser otra que buscar por cielo, mar y tierra a Calderón, recurriendo a todas las policías nacionales e internacionales, con tal de echar mano de su persona en el lugar en donde se encuentre. ¿Habrá pasado por la mente de Calderón el futuro que le podría esperar de llegar López Obrador a sucederlo como inquilino de Los Pinos?

Sólo que, además de López Obrador, muchos líderes priistas festejarían hasta la ebriedad el hecho de verlo encerrado en su carácter de ex jefe del Estado mexicano. ¿Qué tal la actual denuncia como genocida ante el Tribunal de La Haya? ¿Calderón es un sátrapa y tirano? ¡Vamos, hombre, seamos serios! ¿Quién puede negar la mano del ex ministro Góngora Pimentel, un esbirro jurídico de AMLO, en la denuncia interpuesta ante ese Tribunal? ¡Claro, perdón, se trata de una denuncia estrictamente amorosa! He ahí una simple probadita de lo que le espera a Calderón si López llegara al poder...

¿En qué escenario sería esto posible? Calderón apostó todo al triunfo de su hermana Cocoa en Michoacán y fracasó. Si a partir de 2012 el Presidente iniciara una guerra publicitaria a través de filtraciones en los medios que revelaran las fechorías cometidas por ex funcionarios priistas, con el propósito de exhibirlos como delincuentes ante la opinión pública y, a pesar de ello, el PRI volviera a ganar las elecciones federales, entonces es mucho más que claro que la represalia dinosáurica no se haría esperar. Hoy en día, y con justa razón, Moreira ya es enemigo jurado y mortal de Calderón. Si éste iniciara una campaña de desprestigio de priistas y fracasara, éstos perseguirían a Calderón en cualquier continente, acusado ya no sólo de genocidio, sino de cualquier otro cargo imaginable.

De acuerdo a lo anterior y dentro del contexto de mis propias fantasías políticas exclusivamente, sería conveniente que Calderón pudiera de alguna manera imaginar el futuro negro que le espera tanto si López Obrador o los priistas hechos jirones llegaran a Los Pinos después de una serie de batallas encarnizadas. Todo lo anterior es particularmente trascendente en la misma medida en que, la semana en curso, presenciamos un patético debate entre tres destacados panistas, en donde no pudieron apartarse de planteamientos vagos, de lugares comunes que no llegaron a impactar a la docena de cibernautas que lo presenciaron de principio a fin. Si gracias a la miseria de la clase política panista quedaran solamente López Obrador y Peña Nieto en la contienda electoral, el futuro de Calderón sería más negro que el hocico de un lobo, salvo que el Presidente tenga guardado un conejo en la chistera, un candidato mágico y oculto a los radares públicos. ¿Será? ¿Se habrá imaginado el Presidente las carcajadas que soltarían López Obrador y Peña Nieto encabezando a los priistas lastimados, de llegar a ver la foto anhelada de él, vestido con un pijama a rayas tras de las rejas en un penal federal..?

Bieber for president!

Horacio Besson
De Tácticas y Estrategias
Milenio

Justin Bieber se vio en problemas cuando David Letterman le pidió, durante su programa Late Show, que nombrara los continentes. El cantante entonces trastabilló y mencionó a “Canadá” junto a “Asia, Norte América, Sudamérica, África, Antártida y el Polo Norte”, olvidándose de Oceanía y de Europa.

El canadiense podrá argumentar que, finalmente, lo que a él le importa es cantar y entregarse a su público y que fue un pequeño desliz. Como sea, las consecuencias de su olvido o desconocimiento no son trascendentales para el planeta pero, ¿qué pasaría si una ignorancia similar la presentara el hombre más poderoso del planeta?

Para muchos, el gobernador de Texas, Rick Perry, cometió suicidio político cuando en un debate televisado no pudo nombrar los tres departamentos que suprimiría en caso de llegar a la Casa Blanca.

Perry también ha declarado “que Hamas y Hizbolá están trabajando en México, como Irán, con su maniobra para venir a EU”. Mitt Romney también lo cree así: “Hizbolá (…) está trabajando a través de América Latina, en Venezuela, en México”.

La precandidata Michele Bachmann manifestó indignada que Washington debería cerrar su embajada en Teherán. ¿El detalle? desde hace más de 30 años no hay representación diplomática estadunidense en Irán.

Por su parte, Herman Cain propone construir un muro en la frontera con México “de 20 metros de altura. Va a tener alambre de púas en la parte superior. Va a estar electrificado. Y va a tener un letrero al otro lado diciendo: ‘Advertencia: Te va a Matar’”.

John Carlin lo advierte: “Homero Simpson pasaría por un intelectual si participara en los debates de los actuales candidatos a la presidencia republicana, los cuales presumen de su ignorancia en política exterior”. El periodista británico ironiza con lo que pudiera suceder: “Lo más aterrador de todo es que no puede estar muy lejos el día en que, del mismo modo que hoy George W. Bush parece un coloso al lado de los aspirantes republicanos a la Casa Blanca, Sarah Palin lo parezca también”,

Sí, hay una gran diferencia entre un adolescente de 17 años que, a lo mucho, provocará la histeria hormonal de millones de jovencitas y un político que aspira a gobernar a EU y tener en sus manos el suficiente poder para modificar el futuro de todos nosotros.