Martín Bonfil Olivera (@martinbonfil65)
mbonfil@unam.mx
La ciencia por gusto
lacienciaporgusto.blogspot.com
Milenio
Suena a locura: dos científicos toman un virus patógeno —el de la influenza aviar, o H5N1 (no confundir con el H1N1, de la influenza porcina de 2009)— y le introducen mutaciones para hacerlo más peligroso.
El virus H5N1, aunque puede pasar de aves a humanos, lo hace muy raramente. Y hasta ahora no se transmite de humano a humano. Pero Yoshihiro Kawaoka, en Estados Unidos, y Ron Fouchier, en Holanda, lo modificaron genéticamente hasta lograr que pudiera transmitirse por el aire.
No lo hicieron por un ansia malsana de manipular a la naturaleza sin importar los riesgos, sino porque esas mutaciones han ocurrido ya en la naturaleza —aunque no juntas—, y esto hace sólo cuestión de tiempo que pueda surgir un virus que cause una epidemia mortífera. Aunque hay quien opina que dichas investigaciones no debieran realizarse, estudiar estos virus permitirá conocerlos de antemano y desarrollar pruebas diagnósticas, vacunas y medicamentos para combatirlos.
El problema es que los investigadores necesitan publicar sus hallazgos para ser revisados y usados por sus colegas. Y el Consejo Consultivo Nacional de Bioseguridad estadunidense opina que ello constituye un riesgo excesivo, pues la información podría ser usada por terroristas para crear un arma biológica. Por ello, ha pedido a las prestigiadas revistas Science y Nature que omitan publicar los procedimientos detallados.
Ello ha causado un airado debate. La libertad de investigar y comunicar lo que se descubre son fundamentales para la ciencia. La posibilidad de que un gobierno intervenga para decidir qué puede publicarse y qué no —muchos hablan de “censura”— podría bloquear el avance de la ciencia. Probablemente lo que ocurra será que se declare una moratoria en la difusión de los resultados y que se abra una discusión amplia.
Desde Frankenstein, la imagen de una ciencia que irresponsablemente juega con fuerzas más allá de su control y termina causando daño se ha vuelto muy popular. Lo cierto es que avanza cada vez más rápido, y las circunstancias cambian. Sin duda lo más sabio será analizar y discutir con cuidado, para encontrar nuevas reglas que permitan investigar sin riesgos inaceptables.