El búho no ha muerto
Excélsior
Sólo decir que hace 14 mil millones de años, no había nada. El Universo cobró presencia en medio de un estruendo escuchado por nadie.

La primera expresión de vida apareció hace unos tres mil 500 millones de años. Registros geológicos consignan fósiles de montículos de algas. Estromatolitos. Formas unicelulares sin un núcleo o un centro celular. Las primeras células surgieron 400 millones de años después. Fricciones de iones en las nubes produjeron rayos que formaron la química de los aminoácidos. Esto detonó una cadena de protozoarios. Luego primitivas bacterias. Hace 700 millones de años reinaron sobre la Tierra: algas marinas, esponjas y medusas. Pasaron 130 millones de años más y surgieron con “rapidez” grupos animales más complejos. Formas dotadas de esqueleto. Braquiópodos y moluscos con caparazones calizos, artrópodos con esqueletos externos móviles. Más adelante: corales, erizos y los primeros peces.
Hace 250 millones de años evolucionan seres ilógicos para nuestros estándares. Grandes saurios, como el “colmo” del Sismosaurio: 50 metros de hocico a cola, cien toneladas de peso. Desaparecieron inopinadamente. Algunos científicos atribuyen la extinción a un meteoro que pega en Chicxulub, Yucatán. Aunque otros biólogos consideran que La Tierra se enfrió entre cuatro y seis grados, lo que acabó con las condiciones idóneas para la gestación de grandes ovíparos.
Casi todos los grupos importantes de animales y plantas son desde entonces, como los actuales. Con un gran cambio. Algunos simios de África empiezan a caminar erguidos. Luego usan huesos como herramientas, pierden el pelo y mejoran su inteligencia. Ciertos mamíferos se adaptan y pasan la prueba de la última glaciación. Sobreviven. La era glaciar comenzó hace 100 mil años y terminó hace diez mil. En este lapso el Homo Sapiens salió de África y se dispersó por Asia y de allí al resto de continentes e islas. El hombre actual es una realidad hace 40 mil años. Nuestra historia es corta... muy corta. Llevamos poco como especie pensante.
Hoy es Año Nuevo. El 2012 de nuestra cuenta. En realidad debiera ser el 40 mil y pico de la especie humana. Es decir que si la historia del Universo empezó en el equivalente de hace un kilómetro, la presencia del hombre mediría ¡0.001 mm!
Hemos dado otra vuelta al Sol. Así como La Tierra lo ha hecho cuatro mil 600 millones de veces. Muchas de ellas, tal vez sin Luna.
Tú y yo hemos tenido la dicha de entender y compartir una pequeñísima porción de la eternidad. No sé si empezamos a pensar antes de esta vida o una vez remontada la muerte. Si hemos sido antes o seguiremos siendo después. Estamos aquí. Respirando, gozando, sufriendo y aprendiendo. Entre aciertos y errores. Quisiera pensar que con el paso de los años podríamos aspirar a ser mejores. Si terminó 2011 de nuestra era y comienza el 12... Seamos optimistas en “este viaje”. La madre Tierra nos pasea por las estrellas. De ella salimos y ahí volveremos. Hasta ser otra vez parte del Sol. Del origen de todo. De la luz que nos dio aliento. Soplo de vida. Carne. Espíritu. Inteligencia y capacidad de soñar, al cerrar los ojos... ¡para ver el firmamento!
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