febrero 06, 2012

Josefina, ¡a ganar!

Cecilia Soto (@ceciliasotog)
ceciliasotog@gmail.com
Analista política
Excélsior

La batalla iniciada desde 1982, cuando el nombre de una mujer, Rosario Ibarra de Piedra, apareció en las boletas como candidata a la Presidencia de la República postulada por el diminuto pero vanguardista Partido Revolucionario de los Trabajadores, rinde hoy frutos porque por fin una mujer será la candidata presidencial de uno de los tres partidos más importantes del país y, de hecho, de uno de los dos únicos partidos que han llegado a Los Pinos.

No era un simple “techo de cristal” lo que impedía la llegada de las mujeres a las candidaturas de mayor sustancia y relevancia. Era algo más fuerte que el acero, más resistente que la pared de concreto reforzado de una central nuclear, algo que nos tardamos 30 largos años en agrietar y debilitar: la cultura de que las grandes decisiones pertenecen a los hombres, el hábito mental de imaginarlos sólo a ellos decidiendo qué y cómo, el reflejo condicionado de pensar en los conocidos, los amigos, los cercanos, los de confianza para los puestos de importancia. El hábito, la costumbre, el reflejo, la cultura milenaria, centenaria, de ayer, de hoy, del hombre como el centro del ejercicio del poder. Señores, este es el principio del adiós a ese monopolio casi perfecto en Los Pinos y en las grandes candidaturas.

En la victoria de Josefina se prueba lo correcto de la hoja de ruta seguida por el movimiento de mujeres, una vez que la IV Conferencia Internacional sobre las Mujeres, en 1995 en Beijing, estableció un programa visionario con objetivos sociales y políticos para el mundo entero. En México, se buscó implementar este programa, primero con la creación de un mecanismo gubernamental como el Instituto Nacional de las Mujeres. Segundo, con la armonización en leyes y códigos nacionales con los compromisos internacionales firmados por México, tarea gigantesca todavía sin terminar.

Con la victoria de Josefina ha probado su bondad la política de cuotas, recomendada por la IV Conferencia, que tanto trabajo nos costó aceptar a quienes llegamos a la política por una ruta diferente al feminismo, herramienta que permitió y permite abrir cauces a las candidaturas de mujeres ante el anquilosado andamiaje masculino de los partidos políticos. Esta estrategia rompe inercias y posiciona en el imaginario popular, a las mujeres con altas responsabilidades como algo cotidiano.

La política de cuotas se ha convertido en una referencia inevitable que se ha extendido fuera de la esfera pública hasta la empresa privada: obliga a los presidentes a incluir a mujeres en su gabinete, generalmente en puestos “suaves” como la Secretaría de Turismo o cuestiona a Facebook por no tener a ninguna mujer en su consejo corporativo. Aunque las leyes electorales obligan por igual a los partidos a cumplir estas cuotas, se debe reconocer que Acción Nacional, que en muchos otros temas relativos a la mujer ha sido muy conservador, ha sido el más consistente y el único partido que no ha tenido escándalos de “juanitas”.

Josefina Vázquez Mota ha ganado en buena lid, una candidatura competida y difícil. A diferencia de la candidatura de Dilma Rousseff en Brasil, su candidatura no es el resultado del carisma de un Lula, muy por el contrario. Tampoco es una candidatura heredada familiarmente, como en el caso de Cristina Kirchner y de muchas otras mandatarias. Fue una candidatura cuesta arriba, lo que representa un excelente entrenamiento para lo que sigue. Josefina es una mujer tenaz que se trazó desde hace algunos años el objetivo de esta candidatura y no se ha apartado de esa meta. Aprende rápidamente y sabe formar buenos equipos. Es una excelente candidata y la mejor carta para Acción Nacional.

La candidatura presidencial de Josefina es obra del trabajo de décadas de muchas mujeres: priistas, panistas, perredistas, de mujeres sin partido, de feministas, de intelectuales, de tod@s los que votaron por doña Rosario en 1982, por Patricia Mercado en 2000 y 2006 y por mí en 1994, a pesar de nuestra derrota predecible. Gracias a tod@s. Es también la victoria de hombres solidarios. Es un gran día para México, para las mujeres de todos los partidos, para las jóvenes que se abren camino, para las niñas que podrán imaginar su futuro más ancho y libre, sin caminos cerrados por ser mujeres. Felicidades, Josefina, felicidades a todos. Y para celebrar nos vemos en @twitter: @ceciliasotog

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