febrero 09, 2012

Serio aviso a Romney: la extrema derecha republicana tiene otro candidato

Fran Ruiz (@perea_fran)
fran@cronica.com.mx
La aldea global
La Crónica de Hoy

La esperanza de Mitt Romney era que, tras sus sonoras victorias en Florida y Nevada, la extrema derecha del Partido Republicano tirase la toalla y comprendiese, finalmente, que el pragmatismo conservador del ex gobernador de Massachusetts es la clave para derrotar en noviembre al demócrata Barack Obama.

Pues bien, lo ocurrido el martes demuestra que no. La triple derrota de Romney en Colorado, Minessota y Misuri confirma que el espíritu del Tea Party no ha muerto y está dispuesto a dar la batalla hasta el final para imponer a un candidato radical y evitar que salga un moderado (y encima, mormón).

La contundente victoria del veterano aspirante Newt Gingrich en Carolina del Sur pareció confirmar al ex presidente de la Cámara de los Representantes como “el elegido” por el voto ultra, pero le pasó como a Herman Cain: los escándalos sexuales se pagan carísimo en un partido que defiende el puritanismo a ultranza. ¿Qué es eso, Gingrich, de que proponías a tu mujer un matrimonio abierto con tu amante, ahora convertida en tu mujer? ¿Se imaginan a esos millones de republicanos fundamentalistas votando a quien tendría de primera dama a una ex amante? Conclusión: Gingrich no sirve; o al menos eso han dicho los votantes de tres estados con republicanos muy conservadores (no como los moderados de Florida, Nevada o New Hampshire, donde se impuso Romney).

¿Quién queda entonces? El vencedor en Iowa, donde comienza la carrera republicana: el fervoroso católico y ultraconservador Rick Santorum. El martes se impuso en las tres contiendas y de golpe se convierte en el aspirante que ha ganado en más estados, aunque Romney sigue siendo el que más delegados llevará a la Convención Nacional de agosto —donde se elegirá el candidato oficial— gracias al peso de su victoria en la poblada Florida.

Así las cosas, la división en el Partido Republicano persiste: por un lado está el stablishment que apoya al pragmático Romney, como el ex candidato presidencial John McCain y el ex presidente George Bush padre; y por otro lado están los “rebeldes” del Tea Party y todo tipo de grupúsculos extremistas, que no les gusta Romney para nada, con ese aspecto distante y frío, con su fortuna destapada y que parece haber elegido ya a Santorum como su candidato.

La incógnita, por tanto, es saber qué corriente tiene más peso en el Partido Republicano, si los moderados o los extremistas. La carrera sigue abierta y nada está escrito. Pero para eso queda un largo camino. El 28 de febrero la batalla se traslada a Arizona, donde será interesante la postura que los aspirantes tomen sobre la inmigración, y en Michigan, que a priori sería para Romney, puesto allí nació y su padre fue gobernador en la década de los 60.

El momento decisivo, donde se enfrentarán los dos espíritus republicanos en una gran batalla, será el “supermartes” del 6 de marzo.

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