abril 27, 2012

Anonimato en línea

Antulio Sánchez (@tulios41)
Internet
tulios41@yahoo.com.mx
Milenio

La política de usar nombres reales en las redes sociales la inició Friendster y luego fue imitada por Amazon en 2004, al lanzar su política de “nombres reales” en los comentarios. Actualmente, Google, Facebook y Apple han optado por políticas de privacidad que tienen el objetivo de ubicar con precisión a los usuarios.

Desde que la web surgió se empezó a popularizar la frase “En internet nadie sabe que eres un perro”. En ese entonces se partía de que el intercambio en línea se basaba en los intereses comunes, pero ahora se quiere una web donde se hagan conexiones entre individuos “reales”.

El que nadie supiera que uno podía ser un perro, en realidad, aludía a que el anonimato era un valor en el ciberespacio para los marginados y las minorías. De esa manera, el seudónimo era un recurso usado como mecanismo de protección por parte de latinos, negros, árabes, homosexuales... y así poder deambular sin problema alguno por los corredores digitales y trabar contacto con otras personas.

Tanto para Facebook como para Google el buen éxito en el uso de una plataforma radica en que las personas sepan que un individuo es quien dice ser. Sin embargo, el éxito de una red social no depende necesariamente de la relación directa entre identidades fuera de la red y en línea. En Japón, por ejemplo, en las redes sociales el uso del seudónimo es algo común e incluso tiene una valoración positiva.

La seguridad de una red social no se socava por el uso de alias. El desarrollar políticas que garanticen que las personas usen sus nombres reales o el alinear todos los servicios de Google a un sólo perfil, por ejemplo, es un abuso de poder. No se puede promover que se está a favor de la libertad de expresión y poner taxativas para ejercerla.

Hoy lo cierto es que en muchas naciones en donde la libertad de expresión no está garantizada, el anonimato es un mecanismo de protección e incluso en algunos casos permite garantizar la vida misma de quienes acuden a esa vía. Pero, incluso, en los países en donde también se garantiza la libertad de expresión, el anonimato se ha vuelto un recurso de protección importante para navegar debido a la avalancha de leyes que en nombre de la protección de los derechos de autor o la seguridad persiguen a usuarios o los quieren someter a un perpetuo escrutinio.

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