abril 17, 2012

¡Por fin!

Federico Reyes Heroles
Reforma

"Víctimas son los consumidores -los drogadictos-; víctimas son los que sufren la violencia que el narcotráfico estimula; víctimas son los millones de presos en las cárceles del mundo; víctimas son los ciudadanos que sufren los efectos de la corrupción, y por supuesto, los muertos -¡tantos muertos!- caídos a causa de este negocio y su combate". Habla Juan Manuel Santos, el sólido presidente colombiano que conoce del tema. Así inició la Sexta Cumbre de las Américas en la bella Cartagena de Indias. Horas antes, Barack Obama había fijado su posición ante la prensa. Sabía lo que iba a escuchar; conocía la contundente propuesta del presidente guatemalteco, Otto Pérez, de despenalizar las drogas. Los radicales podrían afirmar, que al no prosperar la legalización, la Cumbre fue una vez más pura palabrería. Y no, quizá haya sido de las más fructíferas en mucho tiempo.

De entrada no hubo evasión de los temas. Las contradictorias palmaditas del Papa Benedicto XVI y del presidente mexicano al régimen cubano no mitigaron el veto a la dictadura castrista. La ausencia lo decía todo. Lo mismo ocurrió con el respaldo buscado por la presidenta Kirchner sobre el tema de las Malvinas que simplemente quedó fuera de la agenda. Pero hubo más. Obama ofreció una nueva era de asociación con América Latina. Sus palabras tienen un doble valor: primero hacer de lado la tradicional reticencia demócrata al libre comercio; segundo decirlo en plena campaña. Además respalda sus palabras con hechos. Estados Unidos y Colombia anunciaron la entrada en vigor de un tratado bilateral de libre comercio que entrará en vigor el próximo 15 de mayo. Con 46 millones de habitantes y una renta per capita que ronda los 7000 mil dólares, para Colombia convertirse en socio preferente de la primera potencia económica es entrar a una nueva etapa. Recordemos dónde estaba México en comercio internacional antes del TLC.

Montado en un claro optimismo Obama habló de un gran futuro para un mercado de mil millones de personas. "Tenemos que aceptar que estamos en un mundo nuevo y que tenemos que relacionarnos de otra manera", dijo el primer Presidente afroamericano de la gran potencia. El mexicano puso la banderilla del escepticismo como lo relata El País, escepticismo producto del proteccionismo cotidiano de Estados Unidos: "si quieres que un niño camine, no le impidas andar; si quieres que una industria exporte, no la protejas". Lo positivo del pronunciamiento de Obama es que quizá lentamente la idea de que los verdaderos intereses estratégicos de EU, como lo dijo Santos, no están en Afganistán o Pakistán sino en que América Latina esté avanzando.

Quizá la imposición de los nuevos equilibrios demográficos esté penetrando en Washington. De ahí la importancia de la promesa de Obama hecha a los medios de impulsar una reforma migratoria en el 2013, si es reelecto. El único país desarrollado con un crecimiento demográfico significativo son los Estados Unidos y ello sólo se explica por la inmigración. Aún así esos mil millones de todo el continente americano se convertirán en el 2050 en sólo el 10% de la población mundial. Las crisis demográficas de Rusia, Japón pero también España o Italia con todas las graves consecuencias en el aparato productivo y en el sistema de pensiones, son el espejo en el cual deben verse los enemigos dogmáticos de una apertura migratoria racional y sistemática. Ojo, a la larga, con las tasas de crecimiento de los países del área, América Latina tampoco será solución para Estados Unidos.

Pero la carta de Santos estaba sobre la mesa. Ante 31 jefes de Estado -no asistieron, Chávez, Correa y Ortega-, el Presidente colombiano urgió revisar la lucha antidrogas. Había de todo: países productores, de tránsito y el principal consumidor. Ahí fue cuando la propuesta del presidente Calderón entró a la perfección: por unanimidad se aprobó crear un sistema interamericano contra el crimen organizado. Con independencia de la valoración sobre la llamada guerra contra el narco, el acuerdo es un gran logro de la diplomacia mexicana. Como promotor, México será sede de reuniones entre expertos, responsables de seguridad y procuración de justicia. México promoverá además la creación de un centro que articule el plan de acción hemisférico contra la delincuencia organizada trasnacional en coordinación con la OEA. El asunto va más allá del tráfico de drogas, pues involucra trata de personas, venta de armas, flujos de efectivo y, por supuesto, el consumo.

Como lo ha afirmado Moisés Naím, Cartagena pasará a la historia pues, oficialmente, se levantó la prohibición para pensar en alternativas a la intocable estrategia de guerra lanzada por Nixon hace cuatro décadas. Se trata de un logro muy significativo pues simplemente generar y ordenar la información hemisférica y contrapuntearla con las políticas adoptadas puede propiciar menos dogmas y una mayor racionalidad. Sin ella no escaparemos al fracaso. Abrir la puerta de la discusión hemisférica es histórico.

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