octubre 04, 2012

Ignominia, balconeo y reforma laboral

Rafael Álvarez Cordero
raalvare2009@hotmail.com
Médico y escritor
Excélsior

¿Alguna otra sugerencia para aplicar esa reforma a los legisladores?

Ignominia, una vez más, apenas iniciadas las labores legislativas las tribus cavernícolas de la sedicente izquierda tomaron la tribuna, agredieron a los integrantes de la Mesa Directiva, arrancaron el micrófono, robaron la campana del presidente Jesús Murillo Karam y pretendieron impedir que la labor legislativa (hacer leyes) y parlamentaria (hablar para entenderse) se llevara a cabo.

Ignominia, porque al deSprecio de las leyes, a la ausencia total de respeto a las instituciones y a la estupidez de querer bloquear las acciones en la Cámara, como verduleras de vecindad, se añade el ridículo de Karen Quiroga, que puso en evidencia sus frustraciones sexuales recargando su pecho en el presidente diciéndole: “¿Qué, no aguanta la tentación?” Ignominia, pena ajena.

Ignominia de Ricardo Monreal, insultando a todos, gritando como borracho de cantina; ignominia de Martí Batres, que en sus atropellos, como chivo en cristalería, rompió una puerta de cristal; no tienen remedio, ellos, como Karen Quiroga y Lourdes Amaya, y otros más, son epítome de la izquierda paleolítica e idiota.

Balconeo. Ya hace seis años los gorilas de la izquierda pretendieron bloquear el acceso de Felipe Calderón a San Lázaro para tomar posesión de su cargo y se vieron rebasados por la estrategia que todos recordamos: entre jaloneos y empujones Felipe Calderón asumió la Presidencia y se colocó la banda tricolor. Ahora la estrategia de los integrantes de la Mesa Directiva de la Cámara, Jesús Murillo Karam, José González Morfín, Francisco Arroyo, Fernando Bribiesca y Tania Restalb resultó innovadora y efectiva: subieron a uno de los balcones del recinto y desde ahí continuaron la sesión; azorados y derrotados, Gisela Mota, Gloria Bautista, Rosario Merlín, Socorro Ceseñas, Lizbeth Rosas y otras individuas e individuos no pudieron hacer nada desde la tribuna que tenían tomada; el desconcierto fue enorme, 56 perredistas salieron de la sala y perdieron la oportunidad de hacer un contrapeso a la aprobación de la reforma laboral, que se concluyó con éxito.

Reforma laboral, ya tenemos reforma, y aunque aún faltan por aprobarse algunos puntos en el Senado, desde ahora quiero proponer que los primeros beneficiados de esta reforma sean los propios legisladores, veamos:

Terciarización. Los ciudadanos procederemos al outsourcing: contrataremos a empresas respetables y confiables como Observatorio Ciudadano o Transparencia Mexicana para que subcontraten a los diputados y senadores, los tengan a prueba por tres meses y si no funcionan los corran de su curul o de su escaño, sin sueldo.

Pago por hora. Si los legisladores ganan 120 mil pesos por mes, serán cuatro mil pesos por día y 500 por hora. De ahora en adelante, se les pagarán solamente las horas que trabajen; por supuesto, si no lo hacen, no cobrarán, y en los seis meses que están de vacaciones tampoco percibirán nada.

Comité Nacional de Productividad. Este Comité evaluará la productividad de cada legislador, y si no produce, que se vaya a la calle, siempre habrá alguien mejor.

Y usted, estimado lector, ¿tiene alguna otra sugerencia para aplicar la reforma laboral a los legisladores?

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