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Reforma
La semana pasada escribí 10 puntos que considero positivos de Felipe Calderón. Hoy concluyo este ejercicio con los 10 puntos negativos de las decisiones del presidente, de las políticas públicas que instrumentó y de los personajes que lo acompañaron en su mandato.

2.- ¿Y el combate a la pobreza? Buenos indicadores macroeconómicos, sin crisis sexenal, pero Calderón entregará un país con un crecimiento del número de personas que vive en pobreza, que de 2008 a 2010 pasó del 44.5% al 46.2%, según datos del Coneval. Un país con 52 millones de pobres es el saldo.
3.- ¿El sexenio de la infraestructura? Sin un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México, sin otro en la Riviera Maya y sin el puerto de Punta Colonet en Baja California. Este último, anunciado en 2008 como el proyecto de infraestructura más ambicioso del sexenio, se hundió entre licitaciones tardías, opacidad y malos cálculos ambientales, como señala una investigación de Javier Cruz en Sin Embargo.
4.- Un presidente contra minorías. Felipe Calderón hizo el ridículo durante un viaje a Japón en febrero de 2010 en el que mencionó que la Carta Magna sólo contemplaba el matrimonio entre un hombre y una mujer. Más allá de esta mentira, el presidente utilizó a la PGR para tratar de detener el reconocimiento público de las parejas del mismo sexo en el DF. Con esa decisión, con el rechazo de decretar el día nacional contra la homofobia y con la negativa política del IMSS y del ISSSTE de afiliar a las parejas casadas, Calderón queda del lado equivocado de la historia.
5.- ¿Y América del Norte? En política exterior no hay mayor desacierto que el haber permitido el secuestro de la relación bilateral con EU por el tema de la seguridad. El protagonismo de Arturo Sarukhán, que dicen no "supo jugar en equipo" ni con la Canciller ni con el Subsecretario de América del Norte, queda como el reflector de una relación monotemática, conducida en opacidad, con operativos como Rápido y Furioso, que jamás fueron aclarados y que no significaron el cese de un solo funcionario mexicano.
6.- Mala operación política. En septiembre de 2009, en plena crisis, Felipe Calderón anunció la desaparición de las secretarías de Turismo, Reforma Agraria y Función Pública para "ahorrar 80 mil millones de pesos". Dos meses después, el anuncio improvisado le causó un golpe político al presidente: el Senado le rechazó la propuesta.
7.- El abandono y maltrato a Josefina. Bien podría decirse que Calderón hizo todo para que la candidata de su partido perdiera la elección presidencial. Entre ello, presiones para que ella no criticara lo criticable de su gobierno y un forcejeo para que ella traicionara el lema de "diferente" de su campaña al demandarle que anunciara durante su cierre que invitaría al mismo Calderón a ser su Procurador en caso de ganar, según me transmitieron integrantes del equipo de campaña de Vázquez Mota.
8.- Pésima comunicación. Lo mismo en la fallida campaña internacional para mejorar la imagen del país que en contarle a la ciudadanía la historia de la captura y muerte de capos de la droga o en explicar la política de seguridad, la comunicación política en este sexenio fue incapaz de transmitir cuáles fueron los aciertos de Felipe Calderón.
9.- Elba Esther, intocable, un sexenio más. Opacidad en los recursos del sindicato liderado por Gordillo, con pésimos resultados educativos y sin que Calderón tocara el acuerdo político entre la cúpula del SNTE y el gobierno, como demanda la Coalición Ciudadana por la Educación.
10.- Amiguismos. Conocí en la universidad a un nutrido grupo de los funcionarios públicos, de alto y mediano nivel, que acompañaron a Calderón en su sexenio. En las fiestas universitarias, vi a varios consumir sustancias ilegales, los escuché defender el derecho a decidir de las mujeres y profesar el amor libre con personas de su mismo sexo. No escuché de ninguno de ellos un reclamo público cuando fue necesario. Lamento que como generación hayan fallado desde sus responsabilidades públicas y que hayan olvidado el espíritu crítico y autocrítico con el que nos formamos en el ITAM y el que hayan desdibujado los ideales que Dresser, Herranz, Lujambio, De la Isla, Sierra y otros profesores nos transmitieron. Será interesante reencontrarlos fuera del poder y recuperar la amistad.
Bien dicen los académicos que se especializan en el Poder Ejecutivo, como Thomas Cronin y Michael Genovese, que no hay trabajo más ingrato que la presidencia. La de Calderón, como todas, fue una de claroscuros, pero creo que su nombre en la historia se quedará, en el corto y mediano plazo, del lado de las omisiones, los errores, la falta de autocrítica y el fracaso, en su conjunto, para entregar un país en paz y con buenas cuentas a su sucesor.
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