noviembre 28, 2012

¿Por qué estamos tan felices los mexicanos?

Julio Serrano
Apuntes financieros
Milenio

Tengo que reconocer que me sorprendieron los resultados de la primera Encuesta Nacional de Bienestar, realizada por el INEGI, de los que destacan que ocho de cada 10 mexicanos son felices. Por lo visto, la desigualdad, la pobreza, la falta de movilidad social y la violencia no son suficientes para ensombrecer el estado de ánimo de los mexicanos. ¿Por qué será?

En teoría existen varios elementos por los que deberíamos estar tristes. La desigualdad es uno de los principales. Pese a que ha disminuido recientemente, el coeficiente Gini en México (un índice que mide la desigualdad en la distribución del ingreso en un país), sigue siendo uno de los más altos del mundo. Diversos estudios han mostrado que una fuente importante de infelicidad es la desigualdad. La gente prefiere ganar menos dinero en un entorno de igualdad a ganar más y estar rodeado de gente con mayores ingresos. Con los contrastes que existen en nuestro país, no es fácil entender que 80 por ciento de los mexicanos se autocalifica como feliz o moderadamente feliz.

El nivel de pobreza es otro elemento que hubiera pensado tendría mayor impacto en el índice de felicidad de México. Casi la mitad de la población vive en la pobreza y más de 10 por ciento en pobreza extrema. Ante estas cifras es casi increíble que menos de 5 por ciento de la población mexicana se declarara insatisfecha, de acuerdo con el estudio del INEGI. La movilidad social podría ser una explicación por la que los mexicanos estamos contentos aún cuando existen estos niveles de pobreza y de desigualdad. Al fin y al cabo, si hay movilidad social existe la esperanza de que es posible progresar en la vida, no importa la situación económica en la que nos encontremos. Sin embargo, la movilidad social en México, en particular en los niveles más bajos de ingreso, es muy reducida.

Hubiera pensado también que otros factores, como la creciente violencia, afectarían el estado de ánimo de los mexicanos. Pero no fue así. Resulta que ante gran adversidad México es un país feliz. De hecho, es uno de los países más felices del mundo, por encima de naciones más ricas como Estados Unidos y Alemania. Es obvio que el dinero y la felicidad no siempre van juntos. Para los mexicanos, la familia y la vida afectiva son, como lo muestra la encuesta del INEGI, más importantes.

Me surge una preocupación final acerca del alto nivel de felicidad en México. Nuestros políticos, son conscientes de que la inmensa mayoría de los mexicanos son felices; por lo que podrían decidir que no vale la pena molestarse en resolver los enormes problemas que enfrenta el país.

No hay comentarios.: