noviembre 12, 2012

Ya es hora de liberar la mota y que la fume quien quiera…

Juan Pablo Becerra-Acosta (@pbecerraacosta)
Doble Fondo
Milenio

Reviso el mapa de la mariguana en Estados Unidos después de los comicios del martes pasado y creo que ya es hora de que México analice a fondo este tema…

En los estados de Washington y Colorado fue aprobado el uso recreativo de la mota. En 15 estados más y la capital está permitido su uso “medicinal”. Estados Unidos produce la mayor parte de la mariguana que consumen sus ciudadanos: dos terceras partes. El informe antinarcóticos del Departamento de Estado de 2005 afirmaba que Estados Unidos cultivaba diez mil toneladas métricas al año, frente a cinco mil toneladas importadas de México y Canadá, según un reporte de la BBC. Cuatro años más tarde, en 2009, California produjo más mariguana que todo México: 49 mil contra 29 mil toneladas métricas, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Política Antinarcóticos de la Casa Blanca de junio de 2010 publicados hace dos años por mi compañero reportero Víctor Hugo Michel.

De acuerdo con cifras oficiales, más de 94 millones de personas en Estados Unidos han admitido haber consumido mota al menos una vez en su vida. Y los usuarios habituales no son pocos: 16.7 millones de personas, según la Encuesta Nacional sobre el Uso de Droga y Salud realizada en aquel país.

Hay estimaciones de organizaciones de la sociedad civil gringa de que la cosecha de mariguana en su país deja 36 mil millones de dólares, mientras que las de maíz y trigo juntas dejan 31 mil millones. De ese tamaño es el bisnes.

Esto es un asunto no solo de salud (los esfuerzos del Estado deben enfilarse a la prevención y a la rehabilitación) y de seguridad (el Estado debe combatir a los criminales que asesinan, secuestran y extorsionan), sino de negocios. México podría sembrar y comerciar mariguana de alta calidad con grandes beneficios para miles de campesinos y enviarla a los millones de consumidores estadunidenses: arrebatarle el mercado a los narcotraficantes. No faltan muchos años para que en la mayoría de los estados gringos el uso medicinal y recreativo sea mayoritario. México debe tener la visión y la audacia suficiente para adelantarse y de paso extinguir un serio problema de violencia.

Simultáneamente puede ir diseñando un esquema similar con los países productores de cocaína en América del Sur: regular el mercado, devolvérselo a los campesinos, y dejar que fluyan los productos a través de la tutela de los Estados.

El presidente electo, Enrique Peña Nieto, es un hombre conservador, un hombre del siglo pasado que se opone a esto (así lo hizo saber Luis Videgaray), pero otros personajes políticos más ilustrados pueden ir concibiendo la estrategia que rompa de una vez con este esquema prohibicionista.

Y aquí, el que quiera fumar mota, pues allá cada quien con las consecuencias de sus actos…

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