diciembre 07, 2012

Algoritmos y censura

Antulio Sánchez (@tulios41)
Internet
tulios41@yahoo.com.mx
Milenio

La programación es una práctica que carece de neutralidad y cuando la llevamos a cabo arrastramos o plasmamos en nuestros códigos nuestras posturas morales. Reafirma esto el polémico Evgeny Morozov, quien recientemente advirtió que los algoritmos se tornan en recursos para aplicar la censura en nombre de lo políticamente correcto (http://t.co/pkHCe1iv).

Para Morozov, a pesar de que Silicon Valley está asentado en la capital mundial de la contracultura, oculta posiciones profundamente conservadoras, se rige por normas caducas que impone a millones de usuarios en el mundo. Y el recurso para hacerlo son los algoritmos, que revestidos de su neutralidad matemática aplican criterios “moralinos” de lo que es aceptable y lo que no lo es.

Menciona que a principios de septiembre, The New Yorker encontró su página de Facebook bloqueada porque supuestamente había violado las reglas del sitio. El delito fue haber publicado una caricatura de Adán y Eva en el jardín del edén, en donde aparecían los senos desnudos de Eva y ese “error” fue suficiente para violentar la decencia que quiere instaurar Facebook en su república digital.

Muchas empresas trabajan de la mano de Impermium (http://impermium.com), de Silicon Valley, quien actúa como una policía eficaz en los sitios al eliminar comentarios no deseados de los lectores. Sus algoritmos identifican cualquier tipo de contenido nocivo (violencia, racismo, discurso de odio...) y permite a los propietarios del sitio suprimirlo en tiempo real y evitar así que llegue a los lectores.

El artículo de Morozov no tiene desperdicio y lleva a preguntarnos si los algoritmos nos permiten enriquecer la oferta y la diversidad de información; si multiplican la libertad de expresión o terminan haciendo lo contrario. No es la primera vez en la historia que en nombre de la modernidad eso ha sucedido: Habermas ha mostrado cómo la prensa comercial del siglo XIX terminó con la variedad informativa y de debates generados en el siglo XVIII.

En todo caso, Morozov advierte de la necesidad de estar más atentos al funcionamiento de los algoritmos, de tener una mirada crítica sobre su funcionamiento, de empezar a conformar instancias que permanentemente los sometan a una especie de escrutinio crítico y pedagógico, con el fin de que no sean un recurso para silenciar opiniones o establecer la censura.

No hay comentarios.: