marzo 28, 2012

Preguntas a la Nación

Salvador Camarena (@SalCamarena)
Tronera
El Universal

“Tuve un sueño anoche, en él Lula y yo proponíamos juntos un Consenso Nacional”, contó riendo el ex presidente Fernando Henrique Cardoso a The Economist en enero pasado.

“Es tan obvio que Brasil necesita concentrarse en algunas cosas importantes. ¿Qué hacer con respecto a la energía? ¿Qué hacer en educación? ¿Cómo creamos mejores oportunidades para nuestra infraestructura, con el gobierno y la iniciativa privada trabajando juntos? ¿Cómo llegamos a un consenso en temas de medio ambiente? Es tan obvio. Éstas no son preguntas partidistas, sino preguntas nacionales”.

Esto viene a cuento por el desplegado publicado ayer en la prensa por un grupo de notables, en el cual se plantea una serie de cuestiones para que los candidatos las contesten de cara a las elecciones de julio. En sintonía con lo que expresaba Cardoso, son materias que rebasan a cualquier partido, que podrían ser la matriz de un debate nacional en el cual tendríamos que escuchar las voces de los candidatos, sí, pero también las opiniones, y los compromisos, de otros actores.

No se trata de complicar una buena idea para terminar en medio de una torre de Babel, pero el texto difundido ayer tendría que ser necesariamente enriquecido, en el formato en el que los que suscriben propongan, con expresiones de otros involucrados en los temas que plantea el desplegado.

Si este provocador preguntómetro es la expresión inicial de un nuevo grupo San Ángel (¿cómo llamamos a este colectivo, el grupo de los 48?), bienvenido sea. Ahora toca recoger en la arena pública otras expresiones: por ejemplo ¿qué opinan de las preguntas formuladas los líderes del SNTE, del sindicato de Pemex, de la CFE, del IMSS? ¿Y qué dicen de este documento los empresarios de los megaconsorcios de medios de comunicación y de las telecomunicaciones? Eso por mencionar a algunos de los que también tendrían que sumarse públicamente a la noción de que urgen cambios, lo que incluye reconocer que esas transformaciones implicarán costos para ellos.

Cardoso reía al plantear al semanario británico su sueño por lo improbable de que Lula y él formularan juntos esa agenda. Sin embargo, en la misma charla el ex presidente brasileño explicaba que en su país ocurrió una especie de acuerdo tácito y que cuando Lula llegó al gobierno, en vez de barrer con lo construido por la administración anterior, como se vaticinaba, edificó a partir de eso. Y aún así hoy habla de la necesidad de una agenda nacional.

Una consecuencia posible de este manifiesto es la confirmación de que las respuestas de los candidatos no basten por sí solas, que haga falta, como el propio desplegado plantea, que los candidatos asuman compromisos específicos con las agendas de los otros candidatos, para que ni el ganador gane todo ni quien pierda se qued con su agenda huérfana. Para construir, pues, un eventual piso común de acuerdos nacionales.

El anhelo de un México mejor tiene una posibilidad en las preguntas que plantea este grupo de personalidades. Veremos si la sociedad respalda esta agenda de cuestionamientos.


El divorcio de Javier Duarte

Adrián Trejo (@adriantrejo)
atrejo@callemexico.com
Calle Mexico

> A un año de gobierno, el priísta Javier Duarte de Ochoa se ha divorciado de los sectores productivos de Veracruz.

La razón es muy sencilla.

Duarte no ha pagado a los proveedores facturas por unos 5,000 millones de pesos lo que tiene al borde la quiebra a muchas empresas de la entidad, sobre todo a las medianas y pequeñas, las que generan la mayoría de los empleos en el estado.

Las grandes empresas, sobre todo las de la construcción, han logrado sobrevivir pero no podrán hacerlo por mucho tiempo debido a que el adeudo del gobierno del estado no solo suma miles de millones de pesos sino también varios años.

Uno de los sectores más afectados ha sido el automotriz, al que el gobierno veracruzano le adeuda unos 500 millones de pesos.

A su llegada a la gubernatura, Duarte solicitó vehículos –algunos blindados-, para sus funcionarios y dependencias; patrullas, camionetas, sedanes para funcionarios intermedios fueron entregados de acuerdo a la petición del gobierno estatal y con la promesa de pago en el mediano plazo.

Como pasaban los meses y no había pago, los concesionarios de las automotrices buscaron al secretario de Finanzas, Tomás Ruiz, para buscar una solución.

El funcionario prometió que en cuanto recibieran las participaciones federales pagarían pero semanas después, envió a un subalterno a ofrecer solo el 40% de la deuda con la consigna de que lo tomaban en ese momento o lo dejaban.

Los concesionarios no aceptaron la oferta y ahora están a la espera de que en cualquier momento la deuda sea desconocida, lo que llevaría el conflicto a los tribunales.

Duarte está por anunciar una ambiciosa campaña de reposicionamiento de la imagen del estado a través de una campaña denominada “Soy Veracruz”, para la cual contrató los servicios de la actriz Edith González.

Pero ni con la campaña en cuestión ni con los millonarios recursos que invirtió en la Cumbre Tajín, parece que Duarte logrará menguar el malestar que existe entre los proveedores estatales, arrastrados por la pésima situación financiera del estado.

> El presidente Felipe Calderón Hinojosa inauguró ayer una de las obras de infraestructura más importante del sexenio, la Terminal de Gas Natural Licuado Manzanillo y el gasoducto Manzanillo-Guadalajara.

Estas importantes obras de infraestructura fueron desarrolladas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que dirige Antonio Vivanco Casamadrid y se enmarcan en la Estrategia de Cambio Estructural en el Mercado de Gas Natural, anunciada por el presidente Calderón hace algunos meses.

La Terminal podrá recibir y almacenar hasta 300 mil metros cúbicos de gas natural licuado y tendrá capacidad para regasificar y entregar a la CFE gas natural hasta por una cantidad de 500 millones de pies cúbicos diarios, que se utilizarán para la generación de electricidad en el Complejo Termoeléctrico Manzanillo.

El proyecto, vale decirlo, fue concebido por Alfredo Elías Ayub, ex director dela CFE. Debe estar contento.

El eslabón débil

Manuel J. Jáuregui
Reforma

Ustedes, amigos, que han sufrido y superado los numerosos escollos que al viajar les han impuesto en nombre de la seguridad, seguro perciben la ironía de la situación que a continuación les relatamos.

Imaginen esto: tras ser revisados, palpados, escaneados e interrogados para determinar su nivel de riesgo a la seguridad aérea, abordan tras un largo y minucioso proceso un avión junto con otros ciento y pico de pasajeros.

Poco después de despegar sale un hombre de la CABINA de mando del avión, visiblemente agitado, descompuesto y empieza a gritar en forma irracional.

¡Es el PILOTO de la nave!

Sumamente agitado berrea que Iraq, que Irán, que hay una BOMBA a bordo de la nave y que el avión ¡SE VA A CAER!

En esto intenta el desquiciado piloto regresar de nuevo a la cabina, pero no puede, pues el COPILOTO cerró y candadeó la puerta de la CABINA de mando tras su salida para impedir el retorno de su visiblemente trastornado CAPITÁN.

Pero ¿a que no saben qué?

En ese mismo vuelo viajaban no menos de una docena de PROFESIONALES DE LA SEGURIDAD y ex POLICÍAS que se dirigían a una CONVENCIÓN... ¡de seguridad!

Toma a SEIS DE ELLOS poder subyugar al demencial piloto a quien tumban y amarran con cintos mientras el copiloto declara una emergencia y ATERRIZA la nave en el aeropuerto más cercano.

Posteriormente, uno de los héroes de la emergencia declara que no tenía la menor duda que la intención del trastornado piloto era darse en toda su máuser con todo avión y pasajeros.

El drama acaba con los pasajeros sanos y salvos en tierra y el que fuera piloto de la nave en camisa de fuerza, sedado, en detención psiquiátrica.

Esto, valorados amigos, no es invento, ni cuento, ni hipérbole ilustrativa: ¡ESTO ACONTECIÓ AYER en un vuelo de Nueva York a Las Vegas a bordo de una aeronave de JetBlue!

Y se los platicamos para ilustrar el punto siguiente: cualquier cadena es sólo tan fuerte como el eslabón más débil que la integra.

En este caso, ninguna "medida de seguridad" aplicada como norma tuvo relevancia alguna para la situación surgida, pues el peligro resultó provenir de OTRA instancia completamente inesperada.

El sentido común y los rápidos reflejos del copiloto resultaron un factor definitivo para evitar una calamidad, eso y la "coincidencia" de que entre el pasaje se encontrara gente acostumbrada a dominar físicamente cualquier amenaza.

Quiere esto decir, amigos, que las medidas de seguridad -por más fregonas que aparenten ser- pueden prevenir una parte del riesgo, ¡MAS NO TODO!

¿Cómo pronosticar en qué momento se va a DESTORNILLAR mentalmente una persona con ese tipo de responsabilidad?

Pocas profesiones pasan por procesos tan rigurosos de selección como la de piloto comercial de aerolínea: exámenes médicos, psicométricos, entrenamientos semestrales, adiestramientos, instrucción, emergencias, trabajo extenuante en el simulador, miles de horas de vuelo de experiencia, ¡y ya ven!

El mismo encargado de conducir el vuelo a puerto seguro sufrió un tronido de fusible neuronal ¡y ya quería empinar la nave llevándose de encuentro a cientos de inocentes!

¡Cosas veredes, Mío Cid!

Desde el inicio les pedimos, amables lectores, que imaginaran la situación descrita: ahora les suplicamos continuar con este vuelo de la imaginación suponiendo que la nave de JetBlue es México y Las Vegas es el destino de prosperidad, equidad y justicia que todos anhelamos que alcance nuestra nave de Estado.

¿Qué medida de seguridad, qué "blindaje" económico, qué prevención podemos tomar que valga si a quien le encomendamos la nave le brota una fuga de hidráulico en el cerebro?

¡Seguro nos vamos todos a pique!

Ahora que no sean mal pensados, no nos referimos a la salud mental de ningún candidato en específico, sólo pretendemos conminarlos a meditar sobre la enorme responsabilidad que pesará sobre quien tome los destinos del MéxicoBlue a partir del 2012.

Y, por lo mismo, tener muy presentes que contar con una BITÁCORA de vuelo extensa, con un récord de seguridad medible, que haya demostrado SERENIDAD y capacidad en las emergencias, debe ser considerado una opción menos riesgosa como capitán de la nave, que un improvisado, inexperto, incapaz o improbado.

Riesgo siempre habrá, lo único que quizás podremos lograr en julio del 2012 es minimizarlo dentro de lo humanamente posible.

¡Está de pensarse muy, pero muy bien!

Una legislación sin sentido común

Jorge Fernández Menéndez (@jorgeimagen)
Razones
Excélsior

Como dijimos desde que se aprobaron, las reformas electorales de 2007 no resisten la prueba de la verdad, la de los comicios. A dos días de que se inicien formalmente las campañas, la legislación electoral ha mostrado ya carencias, enormes vacíos legales que fomentan la discrecionalidad y una serie de decisiones que en el terreno teórico podrían ser apropiadas, pero que no están en condiciones de cotejarse con la realidad.

Vamos con algunos de los capítulos que están haciendo agua en forma evidente. Primero, el tema de las cuotas de género. Creo que es positivo imponer cuotas de género en puestos de elección popular, aunque no creo que, repentinamente, establecer 40% de cuota de género sea muy viable sin caer, como está ocurriendo en muchos casos, en la simulación, al postular a esposas, novias, secretarias. Pero, independientemente de ello, los partidos tienen razón al señalar que cuando les fue establecido el número de mujeres que tenían que ocupar esas candidaturas, en muchos casos ya se habían realizado elecciones en los distritos para elegir a los contendientes. Habrá que analizar caso por caso, pero resulta ridículo que el IFE diga ahora que si los partidos el día de mañana no presentan listas con la cuota de género plenamente cubierta, comenzarán a sortear distritos para que sean asignados a mujeres, quitando a los candidatos elegidos en esos mismos distritos. El tema está mal planteado y se tomaron, como en los debates y en la publicidad, decisiones a destiempo. La norma debe ser revisada sin falta pasada esta elección y, por las carencias que se perciben, debería ser aplicada con cierta flexibilidad.

Segundo punto, la veda electoral. El único efecto de este absurdo paro de más de un mes en los procesos electorales ha sido evitar la competencia entre candidatos. No tiene sentido alguno, porque todos trataron de hacer proselitismo, aunque fuera en forma encubierta y se llegó al límite de que un candidato, en este caso López Obrador, violara la veda frente a la sede del IFE el mismo día en que registró su candidatura. ¿Qué sentido tiene que los candidatos no puedan hablar de sus propuestas o pedir el voto o realizar actos con sus simpatizantes, cuando lo venían haciendo desde tiempo atrás? La veda es otra norma irracional que debe ser olvidada.

Otro punto: las campañas negras o la publicidad negativa. Ésta se hace todos los días y no pasa nada, lo único que cambian son los instrumentos utilizados. Un ejemplo reciente: las grabaciones de Josefina Vázquez Mota. Todas tienen aparentemente el mismo origen, todas tienen el mismo destino, la misma vía de difusión, y no pasa nada, aunque se trate de un delito federal. Pero lo mismo se podría decir de muchas otras acciones que se ven en estos días. La publicidad negativa no debería estar prohibida porque sirve para confrontar a los candidatos: lo que debe estar prohibido es la difamación y la calumnia, que están sancionadas por ley, y los delitos como las intervenciones telefónicas ilegales, y unas y otras están a la orden del día.

Y eso se relaciona con otro tema: la publicidad y el acceso de la ciudadanía a los medios. Soy de los que creen que tanto los ciudadanos como los partidos deben tener acceso a la publicidad en radio y televisión para los fines que consideren convenientes. En la actualidad priva la rigidez de la norma y la simulación en su aplicación. Los ejemplos son innumerables, pero pongamos uno mucho más abierto: ayer se dio a conocer un desplegado firmado por medio centenar de personalidades de distintos ámbitos, con preguntas a los candidatos (preguntas que me parecen absolutamente compartibles y pertinentes). Se publicó en los periódicos pero, ¿por qué no podría darse a conocer de la misma forma en los medios electrónicos?, ¿por qué no puede estar esa información al alcance de quien quiera acceder a ella? Más importante aún, si los candidatos responden o no a esas preguntas, ¿por qué quienes las suscribieron no pueden opinar sobre esas respuestas y establecer públicamente sus opiniones en medios electrónicos a favor o en contra de los candidatos? Es absurdo lo decidido en la reforma de 2007 y, además, viola las garantías individuales consagradas en la Constitución. Es otro punto que tendrá que ser revisado.

Y hay muchos más, por ejemplo, el de las candidaturas independientes. Si no me equivoco son 54 los aspirantes que pretenden competir por la Presidencia desde fuera de los partidos, de Manuel Clouthier hasta Juanito. Se cae en el absurdo, pero demuestra que el espacio de los partidos termina siendo demasiado cerrado, asfixiante y sectario para muchos que no encuentran su propio espacio en el mundo de la política.

Apología del iPad

Román Revueltas Retes
revueltas@mac.com
Interludio
Milenio

La oferta era irresistible: un montón de meses para pagar el costo del artilugio —y, encima, sin intereses (pero, digo, de verdad, al precio anunciado y nada más, sin trampas)— y uno, que es gente adicta a los gadgets y comprador compulsivo, pues, qué quieren ustedes, se dejó engatusar y salió corriendo a la tienda a comprar el famoso iPad de tercera generación que, vaya pretensiones de los de Apple, no ha sido bautizado como iPad 3 sino, miren, así nada más, como el señor iPad universal y dominador, amo absoluto en el reino de las “tabletas” (en mis tiempos te las comías, a las tales, pero hoy día se han trasmutado en un objeto que no se puede digerir por exceso de metales y otros materiales tan exóticos como perjudiciales para la salud).

Pero el asunto es el siguiente, más allá de cualquier posible frivolidad consumista: en lo personal, en tanto que viajero muy frecuente y escribidor a sueldo, llevo años enteros buscándole un sustituto a esa dichosa computadora portátil que no termina de ser lo suficientemente ligera, delgada, liviana y utilizable en condiciones adversas como para que le puedas conferir una condición de accesorio en vez de atribuirle poderes —y, derechos— de amo y señor. El iPad, en ese sentido, parecía el candidato ideal para desempeñar funciones gerenciales, secretariales, literarias, periodísticas, contables y hasta espirituales: esencialmente portátil, venía siendo una especie de promesa de comodidad eterna y absoluta. Y, en efecto, luego de la compra compulsiva, no he tenido otra opción que intentar garrapatear mi columna de todos los días en la formidable pantalla del aparato —una vez descargado el software de Pages— y comprobar, de paso, si la opción de utilizar una “tableta” en vez de un ordenador estorboso es viable.

Pues bien, no he podido, por lo pronto, consultar el diccionario de sinónimos de Microsoft Word ni tampoco contar las palabras que llevo escritas. Pero, a ojo de bien cubero, creo que estoy a punto de completar la cuota de vocablos permitidos. Pase lo que pase, voy a adjuntar este texto a un correo y, ¡pum!, lo mando directo a la redacción. ¡Bendito iPad!